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Playas urbanas: ¿realidad o sueño?

Una de las promesas de campaña del ahora alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, ha sido construir “playas artificiales” en distritos como San Juan de Lurigancho o Ate-Vitarte. ¿Es necesario o prioritario hacerlas en una ciudad con múltiples problemas?

Convertir a la Costa Verde en el gran espacio público de la ciudad requiere implementar un plan de mejor conexión con la ciudad.
Convertir a la Costa Verde en el gran espacio público de la ciudad requiere implementar un plan de mejor conexión con la ciudad.

Suena como la típica promesa de campaña en una elección donde se ofrece de todo: “Construir playas artificiales en San Juan de Lurigancho y Ate Vitarte”. Sobre todo si tienes una ciudad con mar y quizá no te reclamen después. Pero Rafael López Aliaga, alcalde de Lima, ha dicho que puede hacerlas: “No es floro. En Santiago de Chile existen. Cuando estás lejos del mar, creas una zona con arena, ponen sus carpas, ponen sombrillas y creas una playa”.

En efecto, en Chile hace varios años que hay lo que llaman ‘playas artificiales’ que se implementan solo durante el verano. En 2002, el entonces alcalde de Santiago, Joaquín Lavín, inauguró la primera de estas playas en inmediaciones del río Mapocho, con 400 metros de largo y 40 metros de ancho de arena de playa. Era “para darle la oportunidad de veranear a quienes no tienen recursos”, declaró.

Playa urbana en Las Condes, Chile, durante la gestión edil de Joaquín Lavín.

Playa urbana en Las Condes, Chile, durante la gestión edil de Joaquín Lavín. Foto: archivo

Algo parecida es la idea de López Aliaga cuando propone que estas playas urbanas estén ubicadas en distritos como San Juan de Lurigancho y Ate Vitarte, ambos alejados del mar limeño y con muchas zonas carentes de áreas verdes, de descanso o diversión para su población. Hasta el momento, la Municipalidad de Lima no ha dado detalles de estas obras, pero López Aliaga ha dicho que será en Lima Este. ¿Es necesario implementar estas playas en medio de la ciudad aún cuando Lima tiene mar y muchos otros problemas?

Para el arquitecto Oscar Apaza, miembro de UDEAL, la sola creación de un terreno artificial requiere alto costo de inversión, no solo para su construcción e implementación sino también para su mantenimiento. También señala que después que el alcalde dijo que la Municipalidad de Lima prácticamente está en quiebra, sería absurdo que se destine una cantidad de dinero importante del presupuesto a estas obras. “En una ciudad llena de problemas urgentes, tan graves como seguridad, tránsito, servicios básicos, es una propuesta que no se ajusta a los problemas que tenemos que atender urgentemente. Más parece una promesa de campaña o el sueño de una obra que le sirva de trampolín electoral, que una propuesta aterrizada a la realidad urbana de Lima”, dice.

Otras experiencias

Volviendo a Chile, el 2017 otra vez Joaquín Lavín, esta vez como alcalde del municipio de Las Condes, plantó tres playas artificiales en tres parques del lugar. En la primera de ellas, en un terreno de una hectárea puso una gran piscina, área de juegos, arena de playa, juegos para niños, reposeras, sombrillas, cancha de voley y foodtrucks. La piscina era básicamente para niños (ver foto), pero los adultos podían disfrutar del sol y el ambiente playero. Las tres playas solo se implementaban en el verano.

Igualmente, en París, todos los veranos desde el 2002 se implementan zonas de ‘playa’ a orillas del río Sena en varios puntos a lo largo del cauce. Le dicen Paris Plages. Miles de toneladas de arena son llevadas a las orillas del río parisino junto con palmeras de gran tamaño y sillas de playa. Y miles de personas llegan a estas playas, a tomar el sol o refrescarse. También se colocan mini piscinas para los niños y hay actividades acuáticas como kayak, pedalboats, veleros y canoas. Por la noche hay fiestas, bailes y conciertos. El concepto ha inspirado acciones similares en otras ciudades de Europa e incluso ha potenciado el turismo interno francés.

Zona de playa a orillas del Sena, París. Se habilita en el verano.

Zona de playa a orillas del Sena, París. Se habilita en el verano. Foto: archivo

La idea de contar con playas artificiales urbanas no es nueva y podría no ser mala, pero en el caso de Lima sus múltiples problemas y la cantidad de promesas por cumplir de López Aliaga hacen dudar sobre la prioridad que le daría a esta propuesta. El presupuesto del concejo limeño no es grande y hay otros asuntos urgentes que resolver.

Espacios públicos

¿Que hacer para tener espacios donde grandes sectores de la población, alejados de las playas limeñas, puedan disfrutar también del verano o de lugares de solaz y diversión? El arquitecto Oscar Apaza plantea que en distritos como San Juan de Lurigancho, Ate Vitarte y otros que tienen un déficit de áreas verdes y espacios públicos, se debe mejorar los ya existentes que están en estado de abandono.

“Hay espacios metropolitanos como los parques zonales, a cargo de la Municipalidad de Lima, que han perdido esa condición de público porque hay que pagar para entrar. Se podría devolver el carácter público con el que fueron creados (es decir no cobrar entrada) y ponerlos en valor con equipamiento de calidad, como casas culturales, o espacios de arte. Esa es una obra que le compete a la municipalidad”, dice. “¿Más allá de tener playas artificiales, potenciar las piscinas públicas en el verano no cumpliría la misma función?”, preguntamos.

“Un equipamiento público de piscinas o fuentes de agua puede estar sin ningún problema dentro de un plan de espacios públicos. El tema es la priorización del impacto que van a tener esos espacios dentro de las necesidades de la ciudad. Por ejemplo, si necesito presupuesto para construir un equipamiento de piscinas y su mantenimiento. Si con ese dinero puedo construir diez parques, de repente seria más aconsejable lo segundo. Todas las obras hay que medirlas en su impacto”. El arquitecto de UDEAL también llama la atención sobre el aprovechamiento que debe hacer la ciudad de dos grandes espacios públicos que podrían tener un mayor impacto que contar con dos o tres playas artificiales: la recuperación de las riberas del río Rímac y del circuito de playas de la Costa Verde.

Atractiva piscina en Parque zonal Huiracocha, de San Juan de Lurigancho.

Atractiva piscina en Parque zonal Huiracocha, de San Juan de Lurigancho. Foto: archivo

Un plan de mayor impacto y menor inversión es convertir a la Costa Verde en el gran espacio público de la ciudad. Requiere implementar un plan de mejor conexión con la ciudad, y no solo los distritos costeros sino con todos los de Lima. Y mejorar el espacio público dentro de la playa: vestuarios, baños y servicios de bañistas, mejorando planes de evacuación, con ciclovías y zonas de deporte”, precisa.

En el caso del río Rímac, hay planes para recuperarlo como el proyecto Río Verde de Augusto Ortiz de Zevallos o el Plan de Recuperación que impulsa Prolima. Se podría aprovechar kilómetros de río, con puentes y espacios naturales para solaz de la gente. ¿No sería mejor poder llegar más rápido y fácil a la playa o al río y difrutar de su atractivo natural?

Otro tipo de playas

En Piura, Perú, se está construyendo un exclusivo condominio que tendrá una laguna gigante rodeada de palmeras y arena de playa, a la manera de otros complejos de vivienda o turísticos existentes en países de todo el mundo -construídos por laempresa Crystal Lagoons- que cuentan con playa artificial para sus habitantes. El costo es de varios millones de dólares.

Bachiller en Comunicación Social por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Periodista del Suplemento Domingo de La República desde 2003, donde también realiza labores de subeditor. Antes trabajó en el diario El Mundo. Mención honrosa del Premio Salwan 2014. Escribe crónicas y reportajes de actualidad y cultura. Ha realizado coberturas periodísticas en el país y el extranjero.