Homenaje. Reconocido erudito, intelectual y sexólogo, falleció ayer a los 80 años de edad víctima de una suma de males. Además de autor de libros, fue un promotor de la cultura con su programa televisivo ‘La función de la palabra’.,En los días de la patria, ha muerto un hombre grande. Un verdadero héroe cultural cuyo paso por la televisión peruana ha sido fulgurante, no solo por su verbo y cultura, la luz que irradiaba su saber, sino también por su actitud crítica, siempre listo a embestir y enrostrarnos las taras de nuestra sociedad. Marco Aurelio Denegri falleció en la madrugada de ayer víctima de un cúmulo de males que los años y la avanzada edad suelen regalarnos. Semanas atrás ingresó al hospital Rebagliati aquejado solo por una hernia. Pero allí, refiere Hugo Coya, amigo y director del Instituto Nacional de Radio y Televisión del Perú, otros males se le encimaron, entre ellos, el más letal, una fibrosis pulmonar. “Sin embargo –agrega Coya–, se recuperó muy bien. Es más, los doctores le habían dicho que la próxima semana ya estaría en la calle y estaba feliz para retomar su trabajo, volver al set de la televisión. Pero la madrugada de ayer, de un momento a otro, se le complicó su salud hasta que le sobrevino la muerte”. PUEDES VER Marco Aurelio Denegri falleció a los 80 años tras una fibrosis pulmonar Con la buena noticia de los médicos, Marco Aurelio Denegri, sentado sobre su cama, hacía planes con Hugo Coya para retomar su programa. Entre ceja y ceja tenía el tema de los audios y los trapos sucios del Poder Judicial y dice que estaba listo, lanza en ristre, para combatir, como él sabía, la inmoralidad. O sea, este hombre murió con todas las ganas de luchar. Vivir, combatir Marco Aurelio Denegri nació en Lima, en 1938. Amigo de los libros y bibliotecas, estudió Derecho en la Universidad de San Marcos. Pero para un hombre erudito, agudo, punzante, comunicador, las salas de litigio le hubieran resultado estrechas, se hizo periodista, sobre todo de televisión. El último programa que condujo, ‘La función de la palabra’, en el canal 7, era una verdadera cátedra de cultura. Él solía llamarse, con una falsa modestia, “polígrafo autodidacto”. Pero no, poseía una erudición anonadante y un desenfado campechano para decir las cosas. Se preocupó por estudiar gramática y, como nadie, tenía en la punta de la lengua las etimologías de las palabras y su respectiva historia en el desarrollo de nuestra lengua. Otro tema en el que era versado era la sexología. En este tema unía extremos, la información erudita sobre sexología y la forma amena y didáctica de explicarlo. Y en eso no había moral o políticas castrenses que lo reprimieran, como ocurrió cuando en los años 70, en plena dictadura, publicó la Revista Científica y Artística de Cultura Sexual Fáscinum, verdadero vademécum erotológico que las botas del gobierno del general Francisco Morales Bermúdez la cancelaron, supuestamente por obscena. Pero también remaba bien en las aguas literarias. Si bien para los intelectuales, sobre todo escritores, su programa ‘La función de la palabra’ era un espacio de consagración, también podía ser todo lo contrario si el libro que llevaba el autor no resistía el severo análisis del conductor. Cuántas veces se ha visto a autores demudados ante los rigurosos argumentos del conductor. Y es que Marco Aurelio no tenía un ápice de lector o entrevistador complaciente. Sin embargo, aquí debo comentar –por justicia a Valdelomar– que en la lectura que hizo del cuento ‘El Caballero Carmelo’ se equivocaba. Argüía que el “carmelo” que describía Valdelomar en su relato no correspondía a un gallo carmelo. Si por la observación de ese detalle quiso invalidar ese magnífico cuento, es, cuanto más, una exageración. Por lo demás, como escritor, era prolijo y prolífico. Prueba: acaba de morir sin dejar su último libro, Arte erótico, en la actual feria del libro. En realidad, era un hombre que sabía demasiado. Y por eso mismo, su bibliografía amplia y diversa, dieciséis títulos. Entre ellos, los de tema sexual: Fáscinum. Ensayos sexológicos, Obscenidad y pornografía y La niña masturbación y su madrastra tabú. Otros de lingüística-literarios: Cajonística y vallejística y Lexicografía. Llegó a sus años mayores solo, como recuerda en el Facebook su sobrina Viviana Ausejo, nunca se casó ni tuvo hijos y manejó su vida personal muy reservada. Tiene tres hermanas, pero muy mayores, de 85, 87 y 90 años, a quienes tampoco frecuentó. Vivió en función de la cultura de nuestro país. ❧ Datos VELATORIO. Los restos mortales de Marco Aurelio Denegri se están velando en el Ministerio de Cultura. Su entierro será hoy a las 4 p.m. distinción. Se ha anunciado que el Ministerio de Cultura ha resuelto distinguirlo póstumamente como Personalidad Meritoria de la Cultura.