Una cuestión de autonomía, por Lucia Solis
Que el Día de Acción Global por un Aborto Legal y Seguro nos recuerde que alcanzar la autonomía sexual es, todavía, una lucha incansable en el Perú; una consigna urgente por la libertad de las mujeres, varones trans y personas no binarias.
A lo largo del último mes se registraron los casos de dos niñas de 11 años embarazadas como consecuencia de violaciones sexuales por parte de sus respectivos padrastros. Una es de Loreto y la otra de Áncash. A las dos se les reconoció su derecho al aborto terapéutico solo gracias a la movilización ciudadana que provocó el primero de esos hechos, el de Mila.
En este contexto es urgente repensar las políticas relacionadas con educación sexual e interrupción voluntaria del embarazo en el país; y este día, 28 de setiembre, que se reivindica el Día de Acción Global por un Aborto Legal y Seguro, se erige como una fecha crucial para esta reflexión y para movilizarnos por la autonomía sexual y el derecho de las mujeres y personas con capacidad de gestar a decidir sobre sus propios cuerpos y proyectos de vida.
Como sucede con otros tipos de intervenciones con muchísimo mayor riesgo médico que un procedimiento de aborto, todas las personas deben tener la facultad de tomar elecciones libres e informadas sobre su salud y su bienestar. Por eso es que restringir el acceso al aborto (ocurre hasta con el aborto terapéutico, única causal de aborto no penalizada en el Perú) es una violación directa a este derecho.
En el caso puntual de las dos niñas de 11 años y las tantas otras víctimas de violación sexual, respetar la ley y facilitar su acceso a un aborto terapéutico rompe el ciclo de victimización porque no solo se respeta su autonomía sexual, sino que representa una forma de recuperación ante la violencia vivida. Son niñas, no madres, y el Estado debe actuar para que ello se garantice.
Que el Día de Acción Global por un Aborto Legal y Seguro nos recuerde que alcanzar la autonomía sexual es, todavía, una lucha incansable en el Perú; una consigna urgente por la libertad de las mujeres, varones trans y personas no binarias.
No se puede reducir la necesidad de políticas públicas a favor de este derecho a un debate desinformado en donde el fanatismo religioso, la misoginia y el conservadurismo tengan lugar.