Tras ser la cara visible de la respuesta al COVID-19 en el estado de Pennsylvania, la doctora Rachel Levine podría hacer historia en Estados Unidos al convertirse en la primera funcionaria transgénero de alto cargo si el Senado la confirma tras su nominación como subsecretaria de Salud por el presidente electo Joe Biden.
“La doctora Rachel Levine aportará el liderazgo firme y la experiencia esencial que necesitamos para ayudar a las personas a superar esta pandemia, sin importar su código postal, raza, religión, orientación sexual, identidad de género o discapacidad, y satisfacer las necesidades de salud pública de nuestro país”, expresó Biden, quien, durante la campaña electoral, propuso nominar el gabinete más diverso de la historia del país norteamericano.
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En su comunicado, el presidente electo describió la asignación de Levine, doctora que se especializó en salud mental y conductual graduada en Harvard y presidenta de la Asociación de Funcionarios de Salud Estatales y Territoriales, como “una elección histórica y profundamente cualificada”.
En el pasado ya ha sido confirmada en tres ocasiones distintas por un Senado estatal controlado por el Partido Republicano. Pese a que ha manifestado que su identidad de género, “con pocas excepciones”, no ha sido un impedimento para ejercer su profesión, Rachel Levine ha recibido múltiples ataques transfóbicos desde que la crisis del nuevo coronavirus visibilizó su cargo.
A lo largo de su carrera como funcionaria, la pediatra de formación ha ayudado a construir políticas relacionadas al Zika, VIH, pruebas de intoxicación por plomo en la niñez, entre otros. También es supervisora de las oficinas estatales de epidemiología y preside la junta de seguridad del paciente.
La doctora también impulsa el acceso a la atención médica para personas LGBTI y se ha enfocado especialmente en la crisis de adicción a los opiáceos que afecta con especial gravedad a Pennsylvania.