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Estados Unidos

Las leyes más curiosas de Nueva York que seguramente no conocías: prohíben hasta vender chicles en Estados Unidos

A través de estas curiosas normativas, las autoridades de Nueva York buscan fomentar una convivencia armoniosa en Estados Unidos. Estas leyes inusuales no solo sorprenden por su originalidad, sino que también revelan un profundo compromiso con el bienestar animal.

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Estas normas de Nueva York reflejan el esfuerzo de las autoridades por mantener el orden en una de las metrópolis más concurridas del mundo. Foto: composición LR/Almara Dental

Nueva York es una ciudad vibrante en Estados Unidos, pero muchos inmigrantes pueden desconocer algunas leyes curiosas, como vender chicles. Estas normas reflejan el esfuerzo de las autoridades por mantener el orden en una de las metrópolis más concurridas del mundo. Aunque algunas de ellas parecen sacadas de otro tiempo, siguen vigentes en la actualidad.

Estas normativas, que van desde prohibiciones curiosas hasta restricciones sorprendentes, no solo cuentan con multas significativas, sino que también ilustran cómo la legislación puede responder a comportamientos específicos que se consideran problemáticos o peligrosos.

Una de las leyes más curiosas que Nueva York implementó en los últimos años es la prohibición de selfis con tigres. Foto: Foto: Planet of Hotels

Prohibición de selfis con tigres en Nueva York

Una de las leyes más curiosas que Nueva York implementó en los últimos años es la prohibición de selfis con tigres. Esta medida se originó en 2014, cuando el entonces gobernador Andrew Cuomo firmó una ley que prohíbe a las personas tomarse fotos con tigres y otros grandes felinos. El auge de las redes sociales y las aplicaciones de citas como Tinder y OKCupid había llevado a un aumento en la popularidad de estas peligrosas fotografías. Ello puso en riesgo tanto a los humanos como a los animales.

Asimismo, la legisladora Linda B. Rosenthal, quien patrocinó la ley, afirmó que su objetivo era proteger tanto a los consumidores como a los animales. Aunque pueda parecer una ley innecesaria, las sanciones son considerables: los infractores pueden enfrentar multas de hasta 1.000 dólares si reinciden. En un mundo donde las redes sociales impulsan comportamientos extremos para ganar seguidores, esta normativa busca poner un límite a prácticas que pueden terminar en tragedia.

Nueva York es una ciudad vibrante en Estados Unidos, pero muchos inmigrantes pueden desconocer algunas leyes curiosas. Foto: BBC

Prohibición de venta de pieles de perros y gatos en Nueva York

Otra ley peculiar, pero profundamente significativa, es la prohibición de vender pieles de perros y gatos en Nueva York. La normativa, que está enmarcada dentro del artículo 26 de Agricultura y Mercados del estado, fue creada con el propósito de combatir el maltrato y abuso animal. Esta ley busca proteger a las mascotas de prácticas crueles y evitar la comercialización de productos provenientes de perros y gatos.

Las sanciones para quienes infringen esta ley son severas, con multas que pueden llegar hasta los 5.000 dólares en casos de reincidencia. Además, refleja el compromiso de Nueva York con el bienestar animal, un tema cada vez más importante para los legisladores y la sociedad en general. Aunque pueda parecer una ley extraña, está en línea con los esfuerzos globales para proteger a los animales de prácticas inhumanas.

Prohibición de venta de pieles de perros y gatos en Nueva York. Foto: AnimaNaturalis

Prohibición de venta de chicles y el orden urbano

En ciertas zonas de Nueva York, también existe una ley que prohíbe la venta de chicles. Aunque pueda parecer una medida trivial, su objetivo es garantizar la limpieza en áreas de alta afluencia turística, como Times Square o Central Park. El chicle, comúnmente desechado en las calles, puede causar problemas de higiene y deterioro urbano. Por esta razón, las autoridades impusieron estrictas regulaciones para evitar que los comerciantes vendan este producto en zonas específicas.

Las multas por violar esta ley varían según la gravedad de la infracción, pero pueden llegar a ser bastante elevadas. Esto demuestra que Nueva York se toma muy en serio la conservación de sus espacios públicos. Esta normativa es solo uno de los muchos ejemplos de cómo la ciudad regula aspectos aparentemente insignificantes de la vida diaria con el fin de garantizar un entorno más limpio y organizado para todos.