En 1783, Estados Unidos se convirtió en una nación independiente tras vencer al Imperio Británico en la Guerra de Independencia. A pesar de que, durante dos décadas de convivencia fueron pacíficas, en 1812, la nueva nación entro en conflicto con Gran Bretaña.
La república que habían creado los Padres Fundadores corría peligro y uno de los puntos críticos fue el asedio en la joven capital, Washington D.C. Lugar en el que los europeos incendiaron, durante una noche entera, el Capitolio y la Casa Blanca.
Luego de tres años de guerra, el ejército británico decidió asediar la joven capital de Washington. La ciudad estadounidense contaba con una población de 8.000 personas y habían pasado 14 años desde su traslado de Filadelfia.
Aunque Washington no tenía importancia estratégica para el Imperio Británico, Alexander Cochrane, comandante en jefe, propuso atacar la capital estadounidense tras los excesos cometidos por la joven nación en York (actual Toronto), ciudad que fue saqueada e incendiada.
El presidente James Madison, su gobierno y los militares habían huido de la ciudad horas antes, tras la victoria británica en la batalla de Blandensburg. Madison se refugión en Brookville, ciudad a la que se le conoce hoy como la "Capital de Estados Unidos por un día".
Cuando el ejército británico llegó a la ciudad, al atardecer del 24 de agosto, más del 90% de sus habitantes se habían marchado, según relata el portal History Channel. Iniciando su avance hacia el Capitolio, siendo recibidos con disparos de francotiradores, la única resistencia que encontraron.
El episodio tiene conocimiento en la historia estadounidense como la "Quema de Washington". Foto: Britannica
Una vez dentro, encendieron hogueras con la finalidad de incendiar el lugar. El calor fundió las vidrieras y destruyó completamente la Biblioteca del Congreso. Luego, empezaron su avance por Pennsylvania Avenue, para quemar la Casa Blanca.
Al llegar a la Casa Blanca, los soldados saquearon y quemaron la casa presidencial durante toda la noche. A la mañana siguiente, volvieron para quemar lo que no había sido destruido por el incendio.
Dicho asedio duró 26 horas y su cicatriz puede verse en las quemaduras que se aprecia en dos lugares de la Casa Blanca. A pesar de lo sucedido en la capital, la invasión motivó a que Estados Unidos se uniera en contra de los británicos.
Tres semanas después, los soldados estadounidenses defendieron el fuerte McHenry en la vecina Baltimore, batalla que inspiró a Francis Scott Key a componer el poema que sirvió para el actual himno de Estados Unidos, comúnmente llamado "The Star Spangled Banner".
Las causas del conflicto fueron múltiples y complejas. De acuerdo con el medio National Geographic, el bloqueo comercial que Inglaterra sometía a Europa, durante las guerras napoleónicas, impedía a Estados Unidos comercializar sus productos.
Por otro lado, Canadá era una provincia codiciada por los estadounidenses, que habían intentado conquistarla en 1775, y aprovechando que Reino Unido se encontraba en una guerra con Francia, parecía el mejor momento para anexionarlo.
La guerra anglo-estadounidense de 1812 fue el último enfrentamiento que experimentó Estados Unidos con su antigua metrópoli. Foto: Britannica
La guerra finalizó con la firma del Tratado de Gante, en diciembre de 1814, que restauró las relaciones entre los dos países a como estaban antes de la guerra.