En el horizonte del 2025, un nuevo actor emergerá como una de las potencias mundiales junto a Estados Unidos y China. Este país no es otro que Brasil, la única nación sudamericana que está preparada para consolidarse como una fuerza económica y política global en los próximos años.
Su crecimiento sostenido, la vasta riqueza en recursos naturales y su liderazgo en diversas áreas lo posicionan para jugar un papel crucial en la geopolítica del futuro cercano.
Brasil ha experimentado un crecimiento económico sólido en la última década, incluso en medio de desafíos globales como la pandemia y la crisis económica mundial. El país ha diversificado su economía, alejándose de la dependencia de materias primas para fomentar sectores clave como la tecnología, la industria manufacturera y el sector energético. Esto ha impulsado su PIB, convirtiéndolo en la mayor economía de América Latina.
La inversión extranjera ha sido otro factor crucial en el crecimiento económico de Brasil. Con políticas que favorecen el comercio y la inversión, Brasil ha atraído importantes flujos de capital extranjero, especialmente en sectores como el agrícola, energético y tecnológico. Además, acuerdos comerciales con países asiáticos y europeos han potenciado su presencia en el escenario global.
Brasil sería potencia mundial junto a Estados Unidos. Foto: Geopol21
Una de las principales fortalezas de Brasil es su inmensa riqueza en recursos naturales. Es uno de los principales productores mundiales de alimentos, energía y minerales. Desde el petróleo en la cuenca del presal hasta las reservas de hierro, cobre y oro, el país cuenta con una ventaja competitiva única que le permitirá mantener su crecimiento en los próximos años.
El sector energético, en particular, ha sido un motor clave en el ascenso de Brasil como potencia mundial. El descubrimiento de nuevas reservas de petróleo y gas en aguas profundas, así como su liderazgo en la producción de biocombustibles, han colocado al país en una posición estratégica en la transición global hacia energías más limpias. Brasil también es el segundo mayor productor de energía hidroeléctrica del mundo, lo que le proporciona una fuente de energía renovable y económica.
Brasil tiene un sector energético desarrollado. Foto: Energía Estratégica.
A medida que el mundo se adentra en la Cuarta Revolución Industrial, Brasil ha logrado avances significativos en el ámbito tecnológico. El país se ha convertido en un centro de innovación en América Latina, con un número creciente de startups tecnológicas que están liderando en áreas como fintech, inteligencia artificial y biotecnología. Este desarrollo ha sido impulsado por una fuerte inversión en educación técnica y científica, así como por una creciente colaboración entre el sector público y privado.
En particular, el sector fintech en Brasil ha experimentado un crecimiento exponencial, impulsado por la creciente demanda de soluciones financieras digitales. Esto ha permitido que millones de brasileños accedan a servicios financieros, lo que ha tenido un impacto positivo en el desarrollo económico y social del país.
Brasil también ha mostrado un liderazgo creciente en el ámbito internacional. Ha sido un actor clave en foros globales como el G20 y los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), y ha jugado un papel crucial en la negociación de acuerdos comerciales y en la promoción de la cooperación internacional en temas como el cambio climático. Además, Brasil ha liderado iniciativas en América Latina para fortalecer la integración regional, promoviendo el comercio, la inversión y la cooperación en temas como la seguridad y la estabilidad política.