Con la reciente subvención federal de 63.9 millones de dólares, el proyecto del tren de alta velocidad que unirá Dallas y Houston ha dado un paso crucial hacia su materialización. Este tren cubrirá una ruta de 240 millas y reducirá el tiempo de viaje significativamente en comparación con el recorrido en automóvil que toma unas cuatro horas. La tecnología detrás del tren permitirá alcanzar velocidades que mejorarán notablemente la movilidad en Texas y se espera que esté operando a principios de la década de 2030.
La iniciativa fue asumida por Amtrak, después de que la compañía Texas Central no pudiera continuar con la construcción. Con esta nueva fase, el gobierno federal ha redoblado sus esfuerzos para revitalizar los servicios de trenes interurbanos en Estados Unidos. Según las estimaciones iniciales, el tren será un catalizador para el desarrollo económico y la conectividad en el estado de Texas.
El tren de alta velocidad que unirá Houston y Dallas promete transformar el transporte entre ambas ciudades. El viaje, que actualmente toma alrededor de 4 horas en automóvil, se reducirá a menos de 90 minutos gracias a este tren, que cubrirá una distancia de 240 millas con una parada intermedia en Brazos Valley. Inspirado en el modelo japonés Shinkansen de la Serie N700S, el tren ofrecerá una opción mucho más rápida y cómoda que los tradicionales viajes por carretera o aire.
Además de la reducción significativa en el tiempo de viaje, el tren utilizará tecnología eléctrica de alta velocidad, lo que contribuirá a la reducción de emisiones de carbono y posicionará este proyecto como una opción de transporte sostenible y eficiente.
El tren que unirá Houston y Dallas, ciudades en Texas, se basa en el modelo japonés Shinkansen. Foto: Conocedores.com
El tren rápido en Texas no solo acortará los tiempos de viaje, sino que también ofrecerá múltiples ventajas tanto para los residentes como para la economía local. Entre los principales beneficios se encuentran:
El financiamiento para este proyecto viene respaldado por una combinación de fondos públicos y privados. Uno de los avances más importantes fue la reciente subvención de 63.9 millones de dólares otorgada por la Administración Federal de Ferrocarriles (FRA), como parte de un programa de revitalización ferroviaria bajo la Ley Bipartidista de Inversión en Infraestructura y Empleos, aprobada en 2021. Este proyecto también recibió previamente una inversión inicial de 500,000 dólares a finales de 2023 para avanzar en los estudios de factibilidad y desarrollo del corredor.
No obstante, uno de los desafíos más grandes sigue siendo la adquisición de terrenos privados, ya que la ruta debe atravesar áreas rurales. Este proceso puede generar complicaciones legales que podrían retrasar la construcción. A pesar de estos obstáculos, las proyecciones apuntan a que el tren de alta velocidad entre Dallas y Houston estará listo para operar a principios de la década de 2030, marcando un hito importante en la modernización del transporte en Estados Unidos.