Mujeres en conflictos, de Christiane Félip Vidal, será presentado este 25 de enero. En La Entrevista, Paola Ugaz conversó con la autora sobre este proyecto que busca visibilizar el trabajo de la mujer en zonas de guerra.
Una de las cosas que resaltas es que las mujeres que salían a tomar fotos de guerra a inicios de 1900 eran ‘la mujer de’, ‘la pareja de’. Una de las cosas que buscas reivindicar en tu libro es la de la mujer fotógrafa.
En realidad, después de una serie de lecturas que no tenían nada que ver con el reportaje periodístico, aterricé sobre el personaje de Marina Ginestà, que cubrió la guerra civil española cuando era muy joven. De ahí, quise saber más sobre ella, indagué sobre mujeres reporteras de guerra y me di cuenta de que había muchas norteamericanas, francesas, españolas, pero no encontré a ninguna latinoamericana.
Eso me llevó a buscar, preguntar y me encontré con seis mujeres que respondían un poco a lo que me proponía hacer. Curiosamente parto de las fotos porque eran lo más conocido; mientras que los reportajes de cuatro reporteras se perdieron con el tiempo.
Para encontrar huellas de Marina tuve que ir a los archivos de Caretas y a duras penas, casi apolillados, había tres números donde habían reportajes suyos. Eso me instó a visibilizarlas, a visibilizar la labor que habían hecho arriesgando su vida y me dio cierta cólera saber que había gente que no las conocía.
¿Cómo describirías su trabajo? Por ejemplo, Vera Lentz.
Si uno compara las opiniones de las seis, habrá quizás una diferencia en el concepto del uso de la imagen. Para las fotógrafas no había que esconder nada. Las imágenes más crudas, más violentas, más o menos en las palabras de Vera, había que reportarlas, sacarlas, porque ese choque que provocan es lo que obliga a la gente a abrir los ojos y ver la realidad.
No es provocación. La gente tilda esa forma de mostrar la verdad como demasiado cruel. Mostrar la violencia no es una falta de ética, es necesario. Me gustó esa manera directa de enfocar lo más brutal.
Es muy difícil entrevistar a periodistas como Mariana Sánchez Aizcorbe, María Luisa Martínez o Morgana Vargas Llosa. Son muy modestas, nunca hablan de su trabajo ¿Cómo hiciste para que dijeran que sí?
No sabía. Me estás diciendo algo que yo ignoraba por completo. Cuando decidí escribir sobre esas mujeres, indagué, pregunté al Colegio de Periodistas, editores y poco a poco fui juntando (información). Entonces, la primera que aceptó un encuentro fue Mariana Sánchez Aizcorbe y ella me fue dando los nombres, pero ninguna me rechazó. Quizás no lo hicieron porque quien me había dado el contacto era su amiga, su colega.
Les envié un cuestionario. Estaba un poco asustada porque nunca había trabajado de esa manera. Todas contestaron. Se hizo sin que emitieran dudas ni se negaran.
¿Crees que el papel de la mujer en el periodismo es más valorado?
Creo que sí. Por fin se está reconociendo la labor de la reportera en zonas de conflicto, pero hay de todas formas una predisposición de los responsables de las revistas, cadenas. Si tuvieran que elegir a alguien, van a elegir al hombre, es cierto, pero la mujer ha ganado espacio.