Agencias

Lula y la Unesco piden convertir deudas de países pobres en fondos para la educación


El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, instaron el jueves a transformar deudas de los países pobres en fondos para la educación, con el fin de romper el círculo vicioso de subdesarrollo en esas naciones.

Es posible romper la "triple crisis" de "pobreza, educación y deuda", que afecta principalmente a los países de renta baja, "mediante la solidaridad internacional y mecanismos de financiación innovadores", escribieron en un tribuna publicada por el diario francés Le Monde y el brasileño O Globo.

En vísperas de la cumbre del G20 en Río de Janeiro, que se celebrará en Brasil los días 18 y 19 de noviembre, Lula y Azoulay presentaron una propuesta clave: "la conversión de deuda en inversiones para la educación" en los países más pobres.

"Este marco permitiría que los Estados más expuestos a un endeudamiento excesivo negocien, de manera justa y transparente, la condonación de ciertas deudas a cambio del compromiso de invertir las mismas sumas en educación", argumentaron, inspirándose en iniciativas similares ya realizadas a escala bilateral.

Por ejemplo, entre Perú y España, Indonesia y Alemania, o Camerún y Francia.

Para desarrollar tales iniciativas a escala internacional, confían especialmente en la implicación de los Estados y de "foros como el G20", formado por las mayores potencias avanzadas y emergentes del planeta.

Este llamamiento se produce en un momento en que "251 millones de niños y jóvenes en el mundo siguen privados de escolarización", señala la tribuna, precisando que "representan el 33% de los niños de los países de renta baja".

"La educación es una de los instrumentos más poderosos para reducir la pobreza en todo el mundo y lograr una mayor equidad e inclusión", sostienen Lula y Azoulay.

En 2022, indicaron, los costes del servicio de la deuda alcanzaron un importe comparable al de los presupuestos públicos de educación en el continente africano. Ese mismo año, la proporción de ayuda pública para el desarrollo dedicada a la educación cayó al 7,6%, frente al 9,3% en 2019, según la misma fuente.

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