'Tío Lenguado' sobre su restaurante: "Es el fruto del trabajo de toda una vida y todos mis ahorros”
El popular youtuber puso en funcionamiento su nuevo local de comida. En esta ocasión, habló sobre este proyecto, su familia, el futuro y su relación con el mar.
Carlos Guerra ha sido marcado por la playa. La trae consigo a donde va: en sus conversaciones, platillos, pasatiempos, futuro y aspiraciones. Ahora está en su restaurante, donde no deja de moverse. El popular 'Tío Lenguado' llega cada mañana al proyecto que se planteó como meta hace muchos años; recibe en la puerta a los comensales, charla con cada uno de ellos, se toma fotos, verifica el funcionamiento de la cocina y, en las noches, puedes verlo limpiando si pasas por su local ubicado en la urbanización Bello Horizonte, en Piura.
“Yo dije, el día que me jubile, voy a sacar toda mi plata y voy a hacer mi restaurante. Me he demorado casi año y medio, pero ya está acá. Es el fruto del trabajo de toda una vida y todos mis ahorros”, cuenta sentado en una de las mesitas de su nuevo establecimiento. Este deseo, ahora hecho realidad, guarda relación con ese lugar en el que espera culminar sus días, que forjó parte de su éxito y aglutina algunos de sus recuerdos más felices: las aguas del mar.
Los comensales se acercan a tomarse foto con el popular personaje. Foto: Almendra Ruesta/La República
Bueno, rico y barato
Durante el periodo de encierro debido a la pandemia de la COVID-19, alentado por su hijo, el ya conocido 'Descocaos', Carlos Guerra inició un segmento en el que preparaba comida marina con menos de 10 soles en el bolsillo. El resto es historia conocida: esta habilidad atrajo a miles de espectadores, lo que lo catapultó al estrellato en redes sociales.
“Yo no soy chef, no he estudiado. Cocino por necesidad porque en una época tuve problemas económicos considerables. Así comencé a hacerlo de una forma rápida, barata y rica. Los primeros platos que hice en mis videos son los que yo había comido toda mi vida. La gente se sorprendía, ¿cómo puede cocinar con tan poco?”, narra el youtuber de 64 años.
En esa línea, el 'Tío Lenguado' asegura que parte de su éxito también proviene del vínculo con sus hijos, Lorenzo y Sebastián, el ya mencionado 'Descocaos' y 'Carismático', a quienes trae a la conversación con frecuencia.
"A los hijos siempre hay que aprovecharlos al máximo (...) Yo me iba con ellos al campo, caminando, en burro, en caballo, en bicicleta, con 10 soles en el bolsillo (...) Pasábamos momentos increíbles", recuerda.
Inicio y final
Pese a lo ligada que se encuentra la figura del 'Tío Lenguado' con la región de Piura y el norte del país, Guerra nació en Lima y vivió allí hasta sus 40. El empresario afirma que prácticamente decidió dejar la capital por su amor al campo. Siguiendo esa idea, se reconoce como un amante de la vida rural, lo que lo hizo asentarse en Sullana hace más de 20 años.
"Todo el mundo para acelerado (en Lima). Donde vas hay colas. Aquí no, en el campo, en el norte, en provincia, tienes calidad de vida. Yo vivo entre la ciudad y el campo (...) La gente aquí es sumamente cálida y amable. Eso hace que estemos felices", relata. Esta felicidad también se hace evidente al hablar de una de sus relaciones más importantes, que es con la playa y el mar. Con contundencia, el hombre manifiesta que espera transitar sus últimos años allí, con su tabla de surf y sus platillos.
"Siempre he tenido una afinidad al mar. Tanto por la comida, que a mi padre tanto le encantaba, como por mi afición a la tabla. Conozco casi todas las playas del Perú (...) Por eso soy el 'Lenguado', paro en el mar", señala con una sonrisa en el rostro. Cuando se le pregunta por los años venideros, el empresario prefiere no mirar muy lejos. "Quizá bajo tierra", se carcajea para luego describir un futuro a cinco años: vivir al lado del mar, con el restaurante a cargo de sus herederos.
Ciudadanos de todas las partes del país acuden al restaurante para conocer al 'Tio Lenguado'. Foto: Almendra Ruesta/La República
"Yo quiero terminar mi vida frente a la playa, corriendo olas (...) A la edad que tengo corro bien olas. Yo me voy a meter al mar hasta que no pueda más y me tengan que sacar casi ahogado", afirma. Tras finalizar la entrevista, vuelve con sus clientes. Uno de ellos lo llama, desea conversar. Guerra le sonríe, pregunta de dónde viene, si es motero. Se toman fotos juntos. Esta escena se replica una y otra vez. Por ahora, así continúa un día más en la vida Carlos Guerra, aún lejos del mar, pero entre el cariño de la gente.