Obesidad en Perú: ¿cuánta responsabilidad real tiene nuestra gastronomía?

La pandemia volvió a poner el foco sobre un tema descuidado: la obesidad, uno de los factores que, según el Ministerio de Salud (Minsa), aumenta el riesgo de muerte en quienes se infecten con el nuevo coronavirus. Las cifras son claras: el Sistema de Informática Nacional de Defunciones (Sinadef) detalló que el 85.5 % de los fallecidos por COVID-19 padecía de esta enfermedad

A pesar de ser un problema que afecta al 69.9 % de los peruanos de entre 30 y 59 años, de acuerdo al Instituto Nacional de la Salud (INS), las personas conviven con ella sin prestarle la atención necesaria.

Más allá de las cifras, es importante saber cuáles son los factores que ocasionan que una persona presente esta enfermedad y absolver una duda que ha surgido en las últimas semanas: cuánta responsabilidad tiene la comida peruana sobre el mal.

¿Qué causa el sobrepeso y la obesidad?

El Plan de acción para la prevención de la obesidad en la niñez y la adolescencia (2014-2019) de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recalca que los factores más importantes que promueven el aumento de peso y la obesidad son el sedentarismo y el excesivo consumo de productos altos en azúcares, grasas y sal como la comida rápida.

El representante del Colegio de Nutricionistas de Lima, Edinson Sánchez, reveló que “las gaseosas, galletas, snacks y golosinas se consideran alimentos ultraprocesados o comida chatarra. No son buenos para la salud, sino que son calorías en forma de azúcar y grasa, lo que conlleva al aumento de peso, pero sobretodo en masa grasa”.

Se ha dicho de que la gastronomía peruana por sus altos índices en carbohidratos y calorías pueden ser causantes de la obesidad o sobrepeso. Sin embargo, el también educador en diabetes y obesidad señala que este no es un factor primordial.

“Es una razón más, pero no es lo principal, porque yo puedo comer mi lomo saltado, que lleva arroz y papas, pero tengo que ver la porción. No es que nunca más en la vida lo puedas comer, hay que moderar la porción. Por eso el Ministerio de Salud ha creado las Guías alimentarias para la población peruana, donde hay una propuesta para una alimentación saludable”, explica.

El consumo de comida rápida en Perú

Según el estudio ‘Panorama de la seguridad alimentaria y nutrición en América Latina y el Caribe 2019′ de la OPS y Unicef, Perú y Brasil fueron los mayores consumidores de comida rápida entre el 2000 y 2013 en América Latina y el Caribe.

La misma investigación señala que las industrias procesadoras de alimentos están disponibles en gran parte de Latinoamérica y se expanden aceleradamente. Además, ofrecen productos a un precio menor que la comida nutritiva.

El nutricionista Edinson Sánchez señala que esta realidad se refuerza con la pandemia, pues muchas familias tienen problemas económicos y no tienen los medios para pagar por alimentos. “Antes las personas de repente compraban frutas, verduras o carne de res; pero ahora ya no, es más fácil comprar fideos o solo arroz”, resalta.

Los alimentos ultraprocesados son formulaciones industriales elaboradas a partir de sustancias derivadas de los alimentos. Se venden listos para consumirse.

“Todos aquellos alimentos que han pasado por tantos procesos industrializados aportan azúcares que pueden generar resistencia a la insulina. También tienen grandes cantidades sodio que van a desencadenar problemas cardiovasculares y de hipertensión. Las grasas saturadas y grasa trans lo que van ocasionar es colesterol elevado y sobre todo va aumentar la aterosclerosis”, detalla el especialista.

¿Cómo reducir la obesidad y el sobrepeso?

El sobrepeso y la obesidad pueden controlarse, pero para eso es necesario un entorno favorable que permita que las personas accedan a una mejor alimentación y actividad física. El nutricionista Edinson Sánchez señala que no solo es dejar de comer comida rápida.

“Se necesita tomar adecuadas cantidades de agua, aumentar el consumo de frutas y verduras, moderar arroz pan y fideos. También, se busca realizar actividad física y sobretodo ejercicios de fuerza y resistencia. No se puede olvidar el adecuado descanso, evitar el estrés, el tabaquismo y alcoholismo”, explica.

Sin embargo, no es suficiente una iniciativa individual, también el Estado debería promover un estilo de vida saludable a través de políticas públicas dirigidas a diversos grupos etarios que impulsen una adecuada dieta.

“Se tiene que crear políticas públicas para que en el colegio haya un curso de nutrición y desde muy pequeños los niños sepan cómo deberían alimentarse; porque los hábitos alimenticios se puede modificar en el adulto, pero se establecen a muy temprana edad”, recalca el especialista.