Más allá del TikTok, por Eliana Carlín

El tipo de comunicación aplicada por el presidente no va a solucionar los problemas de inseguridad, desempleo o pobres servicios, pero sí le va a significar un respiro.

La aprobación de José Jerí se encuentra sobre el 40%, algo absolutamente impensable para Dina Boluarte en sus últimos meses de gobierno. Entrar luego de una presidenta que se ganó el desprecio popular significa una tregua del electorado, pero también implica altas expectativas difíciles de cumplir. La inestabilidad del país es respondida con la astucia de quien entiende que el tiempo es corto y se gobierna para hoy.

El tipo de comunicación aplicada por el presidente no va a solucionar los problemas de inseguridad, desempleo o pobres servicios, pero sí le va a significar un respiro. En un gobierno con pocos meses de margen, ese respiro puede garantizar su permanencia en el poder y una bancada robusta para Somos Perú, si se sostiene en el tiempo.

Jerí parece entender que el poder se construye en vivo y en directo. Sus visitas sorpresa a cárceles como Ancón o Castro Castro, con camisa remangada y jeans, no son operativos que vayan a mostrar resultados; son escenas maestras de comunicación que gritan "estoy aquí, actuando". Imitando el estilo de Nayib Bukele, genera empatía inmediata entre quienes están hartos de discursos vacíos, multiplicando likes y shares que convierten la inseguridad en su gran bandera.

Los diálogos y reuniones con alcaldes, iniciados incluso antes de que hubiera gabinete, caminatas y hasta cafés con gremios del transporte –todo transmitido en vivo– le permiten tejer una red de aliados que, aunque superficiales y sin resultados reales, Boluarte nunca tuvo.

Pero, ¿se podrá transformar la viralidad en resultados duraderos? Todo parece indicar que no. Jerí debe blindar su imagen con victorias concretas: menos extorsiones, más patrullaje, mejores servicios públicos. Solo si logra que su "gobierno de reconciliación" sea más que un live en TikTok, su partido político podrá pretender una presencia interesante en el próximo Congreso y en las próximas elecciones regionales y municipales. Esta tarea resulta difícil con un electorado que espera cualquier opción que se aleje de los protagonistas de este periodo.