La ruta de la violencia, por Eliana Carlín

 No basta con indignarnos: debemos exigir que nuestras autoridades se detengan en el uso del “terruqueo”, que es un arma de exclusión y violencia. 

El asesinato de Mauricio Ruiz, Trvko, en manos de un agente de la Policía Nacional ha destapado nuevamente la antidemocrática costumbre descalificadora de llamar terrorista a todo aquel que piense distinto al poder de turno, o siquiera se atreva a discrepar políticamente de la coalición gobernante. Esto no es nuevo, pero se repite cada cierto tiempo.

Las palabras son la base de toda democracia; sobre ellas se construyen los discursos, el debate y los consensos. Por ello, atribuirle a otro ser un terrorista no es un simple insulto, sobre todo considerando nuestra historia reciente de conflicto armado y gran polarización política. Al asignarle a alguien el adjetivo terrorista se crea un estereotipo respecto a un grupo determinado. Como vimos en los años del conflicto armado, etiquetar a campesinos o estudiantes como “subversivos” abrió la puerta a violaciones de derechos humanos.

Este estereotipo, que posteriormente se convierte en un prejuicio, es la valoración negativa respecto a un grupo. El proceso descrito escala hasta llegar a la discriminación contra el grupo estigmatizado, lo que significa despojar de los derechos a ese grupo de personas. Finalmente, una vez que se despoja a alguien de sus derechos y hasta de su humanidad, resulta más fácil violentarlos.

El último paso en la ruta implica una acción violenta, que puede ser violencia psicológica o física y, como en el caso de Trvko, puede terminar en la muerte. Por ello, es inaceptable que este tipo de construcción violenta provenga de nuestras autoridades. Es inhumano agravar el dolor de una familia en duelo, manchando la honra y la memoria de su ser querido. Fracasamos como sociedad si guardamos silencio ante tanto oprobio. No basta con indignarnos: debemos exigir que nuestras autoridades se detengan en el uso del “terruqueo”, que es un arma de exclusión y violencia.