Academia propone rutas para superar la crisis

Una serie de iniciativas ciudadanas han surgido en el Perú de cara a las próximas elecciones.

La crisis política que atraviesa el Perú no comenzó ayer. Se gestó tras la derrota del fujimorismo en las elecciones de 2016 y se consolidó con el abuso sistemático del poder parlamentario como modus operandi de la política institucional. Desde entonces, el país ha visto desfilar a casi una decena de presidentes en un periodo en el que debimos tener solo dos. Este desvarío institucional ha erosionado la confianza ciudadana y ha debilitado la capacidad del Estado para responder a los desafíos estructurales del desarrollo.

En paralelo, la irrupción de nuevas amenazas —propias del abandono estatal en áreas claves— ha profundizado el deterioro. La criminalidad organizada, la informalidad desbordada, la minería mal gestionada y la imprevisibilidad jurídica han configurado un escenario de inestabilidad permanente.

Sin embargo, frente a esta crisis prolongada, la sociedad civil no ha permanecido dormida. En distintas regiones del país, colectivos ciudadanos y organizaciones sociales han emprendido un esfuerzo sostenido por reabrir el espacio del diálogo público.

En este camino, la academia ha desempeñado un papel fundamental. La PUCP, a través del Aula Magna 2025, aborda los impactos sociales y políticos de las economías ilegales en el contexto electoral. Por su parte, la UP, mediante Agenda 2026, ha puesto a disposición del país quince propuestas de política pública orientadas a recuperar el rumbo del desarrollo nacional.

A su vez, la conjunción entre el Instituto de Estudios Peruanos (IEP), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Red Científica Peruana (RCP) y el Grupo La República ha promovido la iniciativa Tejiendo Ciudadanía.

Se trata de rutas que apuntan a dos dimensiones. Por un lado, la reconstrucción institucional, la defensa del Estado de derecho, la transparencia y la renovación del sistema de representación política actual. Y, por otro, la recuperación económica con observación en la realidad de la informalidad, la seguridad fiscal y la sostenibilidad.

Aunque muchos temen que la política ha desaparecido o que ha perdido su capacidad transformadora, estas intervenciones demuestran lo contrario.

Este renovado protagonismo de la academia y la sociedad civil es, en sí mismo, una señal de esperanza. Los peruanos deben mirar de cerca estas iniciativas, debatirlas y, sobre todo, valorarlas como aportes concretos para reconstruir la vida pública del país.