Los censos nos dan información esencial para la planificación de un país, pues nos permite conocer las características de la población en un momento dado ya partir de ello hacer proyecciones, incluyendo información sobre cuántos somos, dónde vivimos, cómo vivimos y quienes somos.
Sobre este último aspecto, en el 2017 se midió la pertenencia a etnias amazónicas, grupos originarios y afrodescendientes y para este año se agrega la autoidentificación como nikkei (ascendencia japones) y tusan (ascendencia china). Con ello se tendrá mejor información de como nos identificamos los peruanos y poder valorar nuestra diversidad.
Sin embargo, este censo seguirá invisibilizando a un importante porcentaje de la población peruana al no incluir preguntas sobre su identidad de género y su orientación sexual. Por ejemplo, en el reciente censo del 2024 en Chile 45 mil adultos declararon ser población trans y en Argentina en el censo de 2010 encontraron 24 228 hogares constituidos por parejas del mismo sexo.
Recuerdo en 2017 cuando nos censaron a Daniel y a mí en nuestro hogar, nos registraron en la cédula censal como “otro/no pariente” porque les tenían prohibido a los encuestadores registrar a las parejas homosexuales como “esposos/compañeros” que es una categoría exclusiva para parejas heterosexuales.
Para este año veo que la ficha tiene los mismos campos de relación de parentesco con el jefe de hogar, es decir, si no ha habido una nueva instrucción, seguiré siendo un “otro/no pariente” para el gobierno peruano a pesar de estar casados en otro país y tener más de quince años de convivencia.
Tener esta información es valiosa, porque nos permitiría saber como son los hogares homoparentales peruanos. Por ejemplo, un estudio que hizo IPSOS en 2022 encontró que cuatro de cada diez hogares homoparentales peruanos tenían al menos un hijo, la mitad de ellos concebidos por fecundación asistida. Solo el 12% de ellos pudo afiliar a su pareja a su seguro de salud, en dos de cada tres casos que solicitaron un crédito hipotecario como pareja no les fue otorgado.
Invisibilizarnos en la métricas censales no va a hacer que desaparezcamos, pues hemos existido en el Perú desde antes de la llegada de los españoles como lo muestran los huacos moche y los qariwarmi.
Hoy que los censos se realizarán en forma digital, aún hay tiempo de poder corregir esta indicación homofóbica de no registrar las parejas del mismo sexo en la cédula censal.
Lima, 1981. Director de Investigación de la Universidad Científica del Sur. Médico sanfernandino, investigador RENACYT, docente universitario, editor científico, acuarófilo, papá gatuno y compañero de vida de Daniel. Cuenta con más de 100 publicaciones científicas en Scopus, miembro del Comité de SciELO Perú.