René Gastelumendi. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario La República. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Perú y el mundo.

León XIV ¿peruano, de Alianza y reformista?, por René Gastelumendi

El desafío para el Papa León XIV será entonces encontrar un equilibrio entre fuerzas e ideas opuestas en pugna permanente. Lo cierto es que una figura cargada de tanto simbolismo debiera estar por encima de estos conflictos ideológicos, de este binarismo

Ni el Papa se salva de las disputas por etiquetarlo. Robert Prevost, ahora León XIV, ¿es de la U o de Alianza? ¿Es conservador o reformista?  ¿Es gringo o es peruano? ¿Es demócrata o republicano? Estas son algunas de las preguntas que surgen de la creciente polarización social y la necesidad de categorizar a conveniencia todo lo que sea posible.  Cómo era de esperarse, la lucha por la apropiación de la figura del Papa León XIV es un reflejo de las tensiones más amplias que existen en el mundo contemporáneo, de esa guerra fría permanente que nos persigue.

El desafío para el Papa León XIV será entonces encontrar un equilibrio entre fuerzas e ideas opuestas en pugna permanente. Lo cierto es que una figura cargada de tanto simbolismo debiera estar por encima de estos conflictos ideológicos, de este binarismo. Seguramente lo está, pero, somos nosotros quienes lo aterrizamos, antes que él mismo, a nuestras reflexiones dicotómicas.

Es fascinante cómo también la figura del Papa, un líder espiritual, puede convertirse en un símbolo de apropiación y pertenencia para grupos con identidades diversas y hasta antagónicas. Hay varias razones que explican el hecho de que tendencias políticas, hinchadas, nacionalidades, pugnan ahora, antes de que actúe, por hacer al nuevo Papa uno de los suyos.

Los fieles de todos los pelajes están confundidos. Estamos frente a un fenómeno psicológico y social poderoso que demuestra cómo las figuras públicas que no usan un lenguaje matonesco, excluyente y definitivo, como Trump o Maduro, se convierten en espejos donde cada grupo busca reflejar su propia imagen idealizada.  Empecemos:

1. Búsqueda de legitimidad y autoridad:

 -Validación: Al identificar al Papa con sus propios valores e ideologías, estos grupos buscan una validación trascendente para sus creencias. Si una figura de autoridad moral tan alta como el Papa parece alinearse con ellos, sentirán que sus posturas adquieren mayor peso y legitimidad ante sus propios miembros y ante la sociedad en general.

 -Refuerzo de la identidad: La apropiación fortalece la identidad del grupo. Al "reclamar" al Papa como propio, se refuerzan los lazos internos y se crea un sentido de pertenencia y orgullo compartido.

2. Proyección y sesgo de confirmación:

 -Interpretación selectiva: estamos viendo en las redes como cada grupo interpreta o cita las palabras y acciones del Papa a través del filtro de sus propias creencias. Destacarán aquellos aspectos que coinciden con su visión del mundo e ignorarán o minimizarán aquellos que no encajan. Este sesgo de confirmación les permite "ver" en el Papa un reflejo de sí mismos.

 -Proyección de deseos: Los grupos pueden proyectar en el Papa sus propias aspiraciones y deseos. Si anhelan un cambio, interpretarán cualquier crítica del Papa al statu quo como un apoyo a su causa. Si valoran la tradición, se enfocarán en sus llamados a la fe y a la moral.

3. Necesidad de símbolos unificadores (aunque sea de forma interpretativa):

 -En un mundo polarizado: En sociedades cada vez más divididas, la figura del Papa puede representar un punto de referencia moral que trasciende las divisiones políticas o sociales. Cada grupo, a su manera, busca un símbolo de unidad o de un bien superior al que puedan apelar.

 -Atracción del liderazgo moral: Incluso para aquellos que no son católicos practicantes, la figura del Papa conlleva una autoridad moral significativa. En un contexto de desconfianza hacia los líderes políticos tradicionales, la figura del Papa puede ser vista como una fuente de sabiduría y guía.

Esperemos que la naturaleza multifacética de la figura papal, sin embargo, refuerce la inclusión y el entendimiento. Esperemos que los mensajes de León XIV sean amplios y que abarquen la mayor variedad de temas sociales, éticos y espirituales. Esta amplitud permitirá que diferentes grupos encuentren resonancia en distintos aspectos de su discurso. No olvidemos que la postura de un Papa puede evolucionar con el tiempo o tener matices que permiten diversas interpretaciones. Si bien esto abre la puerta a que diferentes grupos se identifiquen con diferentes momentos o aspectos de su pontificado, el mensaje es universal, para los de la Alianza, para los de la U, para los gringos, para los peruanos, para los conservas, para los progresistas, para la izquierda, para la derecha,  en fin, sí, para todos, para todas.

René Gastelumendi

Extremo centro

René Gastelumendi. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario La República. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Perú y el mundo.