Jaime Villanueva, asesor, testigo y colaborador eficaz (CE), viene dando muestras de una notable memoria. En largas sesiones con diversos fiscales ha reconstruido una lonja considerable de la pequeña historia política de los últimos tiempos. Sorprende que no haya llegado antes a tantas primeras planas con sus declaraciones.
Por el camino ha logrado mancharles la pechera a políticos, fiscales y periodistas de varios campos. Por el camino Villanueva ha logrado rechazos y desmentidos que van desde Keiko Fujimori hasta Gustavo Gorriti. Todavía no ha presentado pruebas fehacientes sobre nada de lo que ha dicho, pero ha despertado expectativa.
A diferencia de otros delatores, este CE no se limita a ser un mero cronista de oídas, sino que es un verdadero protagonista en los hechos sobre los que informa. “Me dijo” y “me pidió” son sus aproximaciones favoritas a lo que va a revelar. Hasta aquí no han entrado a tallar esos ojos de la cerradura que son los wasaps.
¿Cuál es el delito de Villanueva que le ha merecido la cómoda condición de CE? A primera vista solo parece ser que ha estado en estrecho contacto con funcionarios y políticos que lo han usado para mover sus respectivas fichas hacia adelante. ¿Qué ganaba él con eso? Pareciera que su culpa es sobre todo la del hueleguiso político rentado.
Quizás los delitos de Villanueva recién comienzan, en haberles abierto las puertas a imputaciones a Fujimori, a Gorriti y a uno que otro fiscal, por ejemplo. Sus revelaciones, por así llamarlas, son tan contundentes que él debería adosarles pruebas convincentes antes de que empiecen a lloverle las acusaciones por calumnia.
El caso de Gorriti es elocuente. Coloca al periodista en la picota de haber propiciado el suicidio de Alan García. Pero si no hay una grabación, no hay prueba de que el fiscal Vela haya dicho lo que Villanueva le atribuye. Es muy dudoso que Gorriti haya deliberadamente organizado un cerco a García con miras a su suicidio. Plantearlo es una astracanada.
Una periodista tan versada en derecho y política como Rosa María Palacios opina que el propósito del CE es “incriminar profundamente” a la plana mayor fujimorista. A primera vista en efecto es así, pero detrás de eso parece haber una trama más complicada. Quizás la veamos en días.
Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).