Decirle a la gente lo que no quiere oír, por Augusto Álvarez Rodrich

Sobre los que confunden al periodismo con el activismo.

Tan interesante como la primera entrevista de Vladimir Putin a un medio occidental desde que, hace dos años, invadió Ucrania, es que su autor, el periodista Tucker Carlson, debió justificar su decisión de interrogarlo.

Al margen de si uno está a favor o en contra de Putin, es relevante conocer sus ideas sobre el conflicto que provocó y los caminos de una paz negociada.

La explicación de Carlson, un influyente periodista de derechas que fue despedido por Fox News y luego creó su canal digital, era innecesaria, por obvia, es decir, que los ciudadanos americanos tienen derecho a estar informados de manera directa sobre lo que piensan los protagonistas de un conflicto que los afecta, tanto por la inestabilidad internacional que produce, como por los recursos que demanda para apoyar a Ucrania, financiados con impuestos que ellos pagan.

Su anuncio de la entrevista a Putin produjo un alud de críticas por parte de su bastante conservadora audiencia, así como por el gobierno de Estados Unidos, lo cual lo impulsó a justificarla.

Estas actitudes son usuales pues muchos creen, lamentablemente, que solo se debe difundir aquello con lo que está de acuerdo. Me ha pasado algunas veces; por ejemplo, cuando entrevisté hace unos años al exintegrante del MRTA Peter Cárdenas Schulte tras cumplir 25 años de prisión en la Base Naval por los delitos que cometió.

Es propio de gente que piensa que, en vez del objetivo de informar, el periodismo debe estar al servicio de una causa, confundiéndolo con propaganda. Es propio, también, de medios y periodistas que asumen ese posicionamiento, orientando sus informaciones y hasta alterándolas para beneficio de un objetivo político, lo cual los lleva, incluso, a obviar la cobertura de hechos que perjudiquen las ‘buenas causas’.

El periodismo debe ofrecer los hechos de la manera más cercana a la verdad que sea posible; todas las versiones relevantes sobre lo que ocurre, especialmente de sus protagonistas; y, por supuesto, la opinión del medio, diferenciándola de la información.

Como dijo George Orwell, “la libertad es decirle a la gente lo que no quiere oír”, y “periodismo es publicar lo que alguien no quiere que se publique, todo lo demás es propaganda”.

Augusto Álvarez Rodrich.

Claro y directo

Economista de la U. del Pacífico –profesor desde 1986– y Máster de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, Harvard. En el oficio de periodista desde hace más de cuatro décadas, con varios despidos en la mochila tras dirigir y conducir programas en diarios, tv y radio. Dirige RTV, preside Ipys, le gusta el teatro, ante todo, hincha de Alianza Lima.