Una fantasía presidencial desde Davos, por Omar Cairo

“En el Perú, en medio del ‘mercado infalible’ de la salud, muchos pacientes terminaron sus tratamientos del Covid-19 endeudados”.

En 1989, el candidato presidencial Mario Vargas Llosa presentó un mensaje ante la Conferencia Nacional de Ejecutivos (CADE). Dijo que el Perú nunca había “intentado de veras el camino de la libertad económica, sin la cual toda democracia es imperfecta y se condena a la pobreza”. Explicó que se requería “desde la privatización de las empresas públicas” hasta la “reducción de los ministerios a la mitad de los existentes”, y prometió poner fin a la “gratuidad indiscriminada” de la enseñanza. En junio de 1990, ofreció una política de shock, en materia económica. Sostuvo que solo se podía acabar con la inflación mediante una “liberalización de los precios que haga funcionar los mecanismos del mercado”. Su contrincante, Fujimori, afirmó que él atacaría la inflación “pero sin el shock”.

Alberto Fujimori ganó las elecciones, asumió la presidencia y, pocos días después, su primer ministro anunció una política de shock. Durante diez años –con un golpe de Estado de por medio– el “modelo de la libertad” se abrió paso en el Perú. El año 2000, cuando Fujimori abandonó el poder, el resultado del experimento dejó al 58,3% de peruanos en condición de pobreza.

Esta semana, mientras Argentina era conducida políticamente por funcionarios de los gobiernos de Macri y De la Rúa, su presidente pronunció, en el Foro Económico Mundial, en Davos, un discurso sorprendente. Luego de denunciar que los principales líderes del mundo occidental abandonaron “el modelo de la libertad”, invitó a los países de occidente a retomar el “camino de la prosperidad”. La “libertad económica, el gobierno limitado y el respeto irrestricto de la propiedad privada” son elementos esenciales para el crecimiento económico, concluyó. Casi inmediatamente después, el influyente periodista peruano Jaime Bayly exclamó: “Milei ha pronunciado un brillante e histórico discurso”. 

Como podemos apreciar, en pleno siglo XXI, el presidente Milei insiste en que el libre mercado es infalible, y en que la única causa de la pobreza es el avance del colectivismo. Examinemos algunas de sus afirmaciones planteadas en Davos:

1. “Cuando adoptamos el modelo de la libertad –allá por el año 1860–, en 35 años nos convertimos en la primera potencia mundial” 

A despecho de lo que Milei imagina, entre 1860 y 1895, Argentina no fue la primera potencia mundial. En 1913, su Producto Bruto Interno por habitante fue el más alto del mundo, pero su realidad política y social –desde su fundación hasta ese momento– no le permitía reclamar la condición de primera potencia del universo.

José Luis Romero explicó que, entre 1880 y 1900, los únicos grandes sistemas industriales (ferrocarriles y frigoríficos) quedaron en poder de grupos inversores extranjeros. Agregó que las condiciones de los obreros comprendían largas jornadas “y, sobre todo salarios que disminuían su poder adquisitivo a medida que crecía la inflación provocada por la crisis financiera que culminó en 1890”.

Por otra parte, el muy puntual logro económico argentino –PBI más alto del mundo– tuvo un trasfondo trágico. Tomás Eloy Martínez recuerda que “en nombre de la civilización se hicieron las gigantescas levas de gauchos a mediados del siglo XIX”. Fue la época de la “conquista del desierto”. Una campaña militar que, entre 1878 y 1884, permitió al Estado argentino incorporar los territorios de la Patagonia y la región pampeana, hasta entonces ocupados por pueblos indígenas (mapuches, ranqueles y tehuelches).

2. “Los fallos de mercado no existen”

Según Milei, el mercado es perfecto, porque, por definición, “es un mecanismo de cooperación social donde se intercambian voluntariamente”. Dijo que la “mano invisible” del mercado solo puede fallar “si hay coacción” del Estado.

En el Perú, en medio del “mercado infalible” de la salud, muchos pacientes terminaron sus tratamientos del Covid-19 endeudados por sumas que alcanzaban, aproximadamente, el medio millón de soles. En la pandemia, algunas clínicas privadas se negaron a atender a quienes no tenían el dinero exigido como depósito. Una clínica cobró, por un medicamento, un precio que superaba en más de cien veces al que era vendido en las farmacias. Si esto no es uno de sus “fallos”, significa que la “mano invisible” del mercado es, en realidad, una “poderosa garra”.

3. “El libertarismo ya establece la igualdad entre los sexos”

Milei afirmó que el libertarismo ya establece la igualdad entre los sexos, porque su piedra fundacional dice que: “todos los hombres somos creados iguales, que todos tenemos los mismos derechos inalienables otorgados por el creador, entre los cuales se encuentran la vida, la libertad y la propiedad”. Sorprendentemente, la piedra fundacional del capitalismo libertario del siglo XXI es casi idéntica a la precapitalista Declaración de Independencia de EEUU de 1776, donde los representantes del Segundo Congreso Continental declararon, como verdad evidente, “que todos los hombres son creados iguales, que han sido dotados por su Creador con ciertos derechos inalienables; que entre ellos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”.

Contra lo que piensa Milei, la igualdad de género (diferente de la caricatura denominada “ideología de género”) no es una pelea antinatural entre el hombre y la mujer. Es, sencillamente, el reclamo por el fin de la asignación de roles “naturales” exclusivos a los hombres, que no pueden ser ocupados por las mujeres. La igualdad de género hace imposible exigir a Victoria Villarruel que abandone la Vicepresidencia de la Nación Argentina, argumentando que su deber es dedicarse a alguno de los “roles naturales” que la sociedad patriarcal asignaba a las mujeres. O afirmar que Patricia Bullrich debería abandonar el cargo de ministra de Seguridad por el mismo motivo.

4.“Las ofertas políticas comunistas, socialistas, socialdemócratas, democratacristianas, neokeynesianas, populistas, nacionalistas o globalistas son variantes colectivistas, sin diferencias sustantivas”

Milei parecía estar exclamando: “Salvo el libertarismo, todo es ilusión”. Si lo que dijo es cierto, las propuestas políticas de Lenin, Franklin Roosevelt, Friedrich Ebert, Konrad Adenauer, Juan Perón, Felipe Gonzales, entre otros, son esencialmente lo mismo. Y la caída del muro de Berlín, en 1989, habría sido un hecho sin importancia, porque solo habría reunido a dos sociedades “colectivistas”: la socialista (de órbita soviética) Alemania Oriental y la democratacristiana Alemania Occidental.

Mientras Milei desarrollaba su fantasía libertaria, en Buenos Aires la discusión giraba en torno del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que expidió al inicio de su Gobierno. De regreso a la realidad, el presidente argentino no debe olvidar que este instrumento normativo contraviene derechos económicos, sociales y culturales, reconocidos expresamente en la Constitución argentina.

larepublica.pe
Omar Cairo

Escritos Constitucionales

Nació en 1971. Abogado de la Universidad de Lima. Magister en Derecho Constitucional de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Profesor ordinario de la misma universidad. Colaborador en la revista “Oiga” (1993-1995). Ha publicado artículos en los diarios “El Comercio”, “Gestión” y “El Peruano”. Es columnista de la revista “Caretas”.