Aparte de las simpáticas vísperas musicales en la plaza Mayor, este año no han sido muy entusiastas las celebraciones del día de Lima. No es solo por Lima. Lo urbano se ha vuelto una fuente de problemas para sus ciudadanos, en casi todas partes. Aquí en la capital el alcalde mismo es un símbolo de la frustración administrativa y política como no se veía en mucho tiempo.
El cambio en el mix demográfico-social de Lima en lo que va del siglo XX al XXI ha debilitado mucho la leyenda colonial que es uno de los aglutinadores de millones de limeños. La distancia entre el centro histórico, depositario de esa leyenda, y los distritos de la periferia ha crecido mucho, y eso ha impuesto una variedad que debe ser atendida.
Es sintomático que cada uno de esos distritos hoy aspire a una procesión del Señor de los Milagros propia, lo cual habla de una multiplicación de las ciudades dentro de la propia metrópolis. No todas ellas se reconocen en la fundación del 18 de enero. Pero a la vez existe una búsqueda constante de lo que es común a todos.
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En términos estrictamente demográficos, a algunos antropólogos les ha sido fácil hablar de una nueva capital definida por la cultura de los migrantes. Sin embargo esa cultura sufrió importantes cambios en contacto con las intensidades de lo urbano. A partir de un momento ya nadie se sintió muy cómodo en la capital, al contrario.
Una vieja idea es la captura de Lima por parte del mundo de la provincia. Varios estudios estiman la cosa al revés, con una migración provinciana capturada por el proceso modernizador de la cultura occidental. Hoy que la modernización también se da en las regiones, los tomados por Lima ahora desean tomar las provincias, en un juego sin ganadores.
¿Significa todo esto que no hay realmente nada que celebrar? No necesariamente. El encuentro, vale decir la convivencia, de casi cinco siglos llamado Lima está cargado de significados, no para sí mismo sino para todo el país. Hay una identidad que es más que el mosaico social y sus partes. Pero quizás algunas de las partes necesitan fortalecer sus identidades particulares.
Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).