(*) Profesor de Derecho Constitucional de la PUCP.
Mañana se realizará la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Argentina. El candidato Javier Milei ha prometido un conjunto de reformas estructurales que, según afirma, en un lapso de 30 a 45 años le devolverán a ese país la condición de potencia mundial que habría tenido durante el siglo XIX.
Sostiene Milei que, entre 1860 y 1895, Argentina se convirtió en “el país más rico del mundo”, y que su decadencia comenzó hace 100 años, con la llegada del radical Hipólito Yrigoyen al poder. “Si trabajamos juntos, podemos terminar con los privilegios de la casta política”, ha venido proclamando el candidato de La Libertad Avanza.
Es verdad que, en el año 1913, el Producto Bruto Interno (PBI) por habitante de Argentina era el más alto del mundo. Sin embargo, su realidad política y social de ese momento no le permitía reclamar la condición de potencia universal.
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José Luis Romero explica que, en Argentina, entre 1880 y 1900, los dos grandes sistemas industriales desarrollados hasta entonces (los ferrocarriles y los frigoríficos) quedaron en poder de los grupos inversores extranjeros. Al mismo tiempo, agrega Romero, las condiciones de los obreros comprendían largas jornadas “y, sobre todo, salarios que disminuían en su poder adquisitivo a medida que crecía la inflación provocada por la crisis financiera que culminó en 1890”.
Además, el éxito macroeconómico argentino tuvo un trasfondo trágico. Tomás Eloy Martínez recuerda que en “nombre de la civilización se hicieron las gigantescas levas de gauchos a mediados del siglo XIX, se asesinó a obreros en los campos de quebracho de La Forestal y en las estancias laneras de la Patagonia entre 1917 y 1921”.
En el plano político, en 1880 asumió la presidencia el general Julio Argentino Roca. Desde ese momento, afirman Jorge Saborido y Luciano de Privitellio, “el oficialista Partido Autonomista Nacional (PAN) mantendría una hegemonía, no exenta de sobresaltos, durante los próximos treinta años, sobre la base del estricto control que los gobernadores ejercían sobre los procesos electorales de cada una de sus provincias”. ¡Ya había una “casta” en la Argentina “potencia mundial” del siglo XIX!
Es muy difícil sostener que después de ese período sobrevino la decadencia. En muchos ámbitos, Argentina ha sido un referente universal desde hace 100 años hasta hoy.
En el campo del conocimiento científico, tres argentinos obtuvieron el Premio Nobel: Bernardo Alberto Houssay (Medicina en 1947), Luis Federico Leloir (Química) y César Milstein (Medicina en 1984). Así mismo, según explica Roberto Daniel Breslin, el período comprendido entre 1955 y 1966 es caracterizado como la “edad de oro de las universidades argentinas”, entre otras razones, por el intenso desarrollo de las ciencias realizado en estas casas de estudio.
En el ámbito deportivo, importante expresión del desarrollo humano, durante el siglo XX y el actual, Argentina ha obtenido 21 medallas de oro olímpicas. Por otro lado, la selección argentina de fútbol es la actual campeona del mundo, y ayer fue derrotada por un equipo uruguayo dirigido por el argentino Marcelo Bielsa, quien —según ‘Pep’ Guardiola— es el mejor entrenador del planeta.
El derecho político a la elección de los principales funcionarios públicos es un elemento fundamental del sistema democrático constitucional. Por eso los ciudadanos deben ejercerlo fundándose en la más completa información y en la reflexión responsable. Lejos de la confusión generada por mitos presentados durante mucho tiempo como realidades indiscutibles. No olvidemos que, en el Perú, hace poco más de un año, elegimos como alcalde a un candidato que formuló la promesa incumplida de convertir a la ciudad de Lima en una “potencia mundial”.
Nació en 1971. Abogado de la Universidad de Lima. Magister en Derecho Constitucional de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Profesor ordinario de la misma universidad. Colaborador en la revista “Oiga” (1993-1995). Ha publicado artículos en los diarios “El Comercio”, “Gestión” y “El Peruano”. Es columnista de la revista “Caretas”.