Hay una hipnosis frente a la guerra que acaba de comenzar en el Medio Oriente. Comparado con lo de Ucrania, el choque Hamás-Israel es mucho más cruento y promete serlo todavía más. Frente a la degollina de las familias israelíes, el año de esta Ucrania en llamas, con todas sus barbaridades, empieza a parecer una guerra del siglo XIX.
Lo de Ucrania-Rusia podría mejorar, es decir, ir de más a menos, por cansancio del invasor, por un golpe de mano feliz en la diplomacia o porque una de las partes decida conceder. Lo del Medio Oriente, en cambio, sugiere que podría ir de menos a más, con más participantes, nuevas y más elaboradas atrocidades, catástrofe nuclear incluso.
Lo nuclear lo podría aportar una presencia de Irán si llega a ser arrastrado al conflicto, al cual ya está bordeando. Teherán y Tel Aviv tienen artefactos nucleares y viejas ganas de utilizarlos. No ha sucedido porque hasta aquí Irán se ha manejado frente a Israel con testaferros militares (Hezbollah es uno, Hamás otro), una forma de estar y no estar a la vez.
Pero la visión de Hamás-Israel como la guerra en la que puede suceder cualquier cosa se presta a ilusiones. Pues estamos ante un conflicto viejo, que no se ha caracterizado por sus novedades. Por momentos todo el horror de fines del 2023 se ha desarrollado como un ciclo de antiguas historias bíblicas, apenas modernizadas.
Lo que hace a esta última guerra del Medio Oriente distinta es el encono y la atrocidad: asesinatos a civiles de toda edad, pasados a cuchillo, bombardeos sin consideración por la población civil, expulsión de millones de sus hogares y la sospecha de que no van a volver. Son historia de tiempos de la OLP palestina, ahora a nueva escala.
Mientras tanto, la realidad cotidiana de las víctimas, un grupo en plena expansión. Los que ya han sido víctimas y los que lo serán con el paso de los días. Los nuevos asesinados, los deportados, los refugiados. Al final de eso tratan las guerras: quedarse con la tierra y la vida de los demás. Como lo dice, tan bien Raúl Zurita, en su poema Suelo santo, en El País:
PUEDES VER: Eran Yuvan: “Nuestra guerra no es contra las personas en Gaza, es contra los terroristas de Hamás”
Justo al otro lado de tu sueño y de mi sueño, al otro lado donde comienzan y terminan las pesadillas, vive solo el horror y el horror del horror y del horror del horror y del horror.
Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).