¡A la derecha, derecha! pero sin un rumbo, por Augusto Álvarez Rodrich

Una pugna sin sentido con muchos golpes y pocas ideas.

Decía ayer acá, a propósito del viaje a Moscú como hijos de Putin de varios congresistas, que el Perú requiere y merece una mejor izquierda que esta de hoy, moderna y que respete principios. Lo mismo ocurre con la representación política de la derecha peruana en el parlamento.

Esa derecha dedica sus mayores esfuerzos a criticar a la izquierda, y a tratar de demoler, como toro que embiste cualquier trapo rojo, todo lo que (les) parezca de izquierda —o, peor aún, caviar—, aunque no lo sea, desde la Sunedu a la JNJ pasando por el cine nacional.

Lo hace con el sentimiento afiebrado de quien cree conducir la cruzada restauradora de un ancien régime en el que supuestamente existía un orden religioso que conducía al paraíso, ruta que quieren recuperar, destruyendo instituciones o removiendo a sus responsables, sin detenerse en —Guillermo Bermejo dixit— ‘pelotudeces democráticas’, con alianzas con el comunismo más retrógrado de los Cerrón brothers. Enemigo de mi enemigo es mi amigo, piensan (cuando lo hacen).

En sintonía con ello, recurren a la prepotencia que encubre falta de argumentación. Y no se detienen por las consecuencias de ello sobre el mal gobierno. Solo están interesados en recuperar posiciones en el estado, creyendo que se deben apurar en limpiar el país de quienes supuestamente se los arrebataron, con un sentimiento de necesidad de revancha por sentirse marginados en las últimas dos décadas.

Es cierto, como señaló Juan Carlos Tafur hace poco, que la izquierda “aderezó su presencia política con ínfulas ideológicas y morales que la tornaron insoportable y fatua”, con “un discurso de principismo moral superlativo que se fue por el desagüe por su complacencia ante la terrible ineficiencia y corrupción comprobada del gobierno de Pedro Castillo, al que se sumaron sin ninguna prudencia ni distancia”.

Pero criticar a la izquierda y demoler instituciones no es suficiente para ser opción electoral que ofrezca un gobierno con una visión estimulante del futuro, ni para construir un país que se pierde en la pugna idiota e inservible entre estos derechistas e izquierdistas.

El Perú requiere y merece una mejor derecha que esta de hoy, que sea moderna y que respete principios.

Augusto Álvarez Rodrich.

Claro y directo

Economista de la U. del Pacífico –profesor desde 1986– y Máster de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, Harvard. En el oficio de periodista desde hace más de cuatro décadas, con varios despidos en la mochila tras dirigir y conducir programas en diarios, tv y radio. Dirige RTV, preside Ipys, le gusta el teatro, ante todo, hincha de Alianza Lima.