Petroaudios de Gustavo Petro-Perú, por Augusto Álvarez Rodrich

El presidente colombiano se compara con Pedro Castillo.

Gustavo Petro, el tuitero incontinente de la Casa de Nariño, enfrenta la peor crisis de su gobierno iniciado hace diez meses con el ofrecimiento de un cambio profundo del que, hasta hoy, solo se evidencia un estilo extravagante de ejercer la presidencia de un país que merece, por historia e importancia, bastante más que eso.

El telón de fondo es el rompimiento de la coalición de gobierno hace unos meses que implicó la salida de siete ministros, incluyendo el de Hacienda José Antonio Ocampo, quien proyectaba confianza en las empresas, dando un giro hacia la confrontación con la inversión privada, y paralizando las reformas sociales que Petro se proponía.

El presidente de la cámara de representantes David Racero —un aliado de Petro— señaló que el debate para ello se congela hasta que se pueda “dialogar de nuevo” y “reconstruir la coalición”.

Esto ocurre en medio de un culebrón en el corazón del gobierno de Petro entre su hoy exjefa de gabinete Laura Saravia y su hoy exembajador en Caracas Armando Benedetti —que antes que político parece un rufián—, quienes fueron sus dos personas más cercanas durante la campaña y que hoy están en un lío de chuponeos, robos y denuncias de financiamiento ilegal que ha dañado la credibilidad del gobierno.

Recién ayer Petro obtuvo el primer logro de su gobierno al firmar, en La Habana, un cese al fuego de seis meses con la guerrilla del ELN, pero la crisis de su administración no se detiene.

Dice Petro en plazas que “aquí no va a pasar lo de Pedro Castillo”, aludiendo a la especulación de un final adelantado de su mandato por la crisis, una similitud que, para variar, cuando habla del Perú no tiene ningún sentido, pero si él cree que sus casos se parecen, pues... ¿para qué contradecir ese buen deseo de un destino compartido?

PS. La corte superior de Lima, siguiendo una decisión de la corte suprema, devolvió al juzgado original una querella por difamación agravada contra el periodista Daniel Yovera, supuestamente cometida en 2016. Es una causa ya declarada prescrita, pero el máximo tribunal, en una decisión errada según IPYS, consideró que la difamación persistía por un tuit que Yovera publicó en 2018. La causa debe prescribir. El juzgado tiene fundamentos para absolverlo.

Augusto Álvarez Rodrich.

Claro y directo

Economista de la U. del Pacífico –profesor desde 1986– y Máster de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, Harvard. En el oficio de periodista desde hace más de cuatro décadas, con varios despidos en la mochila tras dirigir y conducir programas en diarios, tv y radio. Dirige RTV, preside Ipys, le gusta el teatro, ante todo, hincha de Alianza Lima.