Anticipar eventos futuros para tomar decisiones estratégicas a largo plazo es una tarea que requiere de trabajo exhaustivo y sistemático. Alrededor del mundo, existen oficinas de Gobierno trabajando para desarrollar competencias que permitan a sus funcionarios considerar aspectos como la incertidumbre y la variabilidad en sus decisiones.
¿Por qué es esto importante? El pensar en soluciones a problemas públicos solo en base a suposiciones del presente limita las opciones de la política a considerar y pone a los Gobiernos en una situación en la que constantemente se ven forzados a reaccionar. Imaginar futuros plausibles y crear competencias para responder adecuadamente requiere examinar y entender tendencias, datos, y perspectivas externas y expertas.
Gobiernos como el de Reino Unido consideran que pensar en el futuro es una responsabilidad inherente a la función pública, pues las decisiones que se toman hoy tendrán consecuencias duraderas. Si bien el futuro en el que estas se materializarán está en duda, existe un rango de métodos para hacer prospectiva de forma rigurosa. En términos generales, combinaciones diferentes de técnicas y objetivos pueden dar lugar a estudios que permitan, entre otras cosas, identificar en dónde intervenir para generar nuevos futuros posibles con resultados indeterminados o cuestionar nuestras premisas y suposiciones sobre el futuro para estar mejor preparados.
Algunos ejemplos de estos estudios son el de Exploración de megatendencias y tendencias tecnológicas en el contexto de investigación futura sobre políticas de investigación (OECD) y el de Tendencias Globales: Oportunidades y Desafíos para la implementación de los ODS (Naciones Unidas). El cambio climático y el avance de tecnologías como la inteligencia artificial generarán disrupciones en nuestros sistemas productivos y sociales. Si queremos estar preparados, pensar en el futuro tendrá que ser un elemento transversal al quehacer público.
Investigadora en el Science Policy Research Unit de la Universidad de Sussex. Maestría en Políticas Públicas por la Universidad de Glasgow y es licenciada en Ciencia Política por la PUCP. Su trabajo de investigación gira en torno al rol de la tecnología y la innovación en procesos de transformación sustentables e inclusivos.