La semana pasada me referí a la importancia de no perder de vista la salud mental en medio de la catástrofe que estamos padeciendo. La cual tiene dimensiones naturales y políticas. Pues de lo que hayan hecho o dejado de hacer, así como de lo que hacen actualmente los responsables políticos en cada nivel, dependerá algo que Carmen McEvoy señala, con la lucidez a la que nos tiene habituados, en una reciente entrevista que le hace Enrique Patriau en La República:
“Lo que considero es que existe una responsabilidad compartida en la catástrofe que estamos viviendo, la que tiene que ver con ambiciones desenfrenadas y un Estado ausente que indirectamente las valida. Es por la magnitud de esa crisis sistémica que cada uno debe trabajar, desde su pequeña trinchera, por una reconstrucción no solo física sino mental y acaso espiritual. Solo así saldremos del abismo en el que ya –finalmente– nos encontramos”.
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En ese sentido es urgente rescatar las acciones de quienes, sin sucumbir al desánimo que nos asedia, dan la pelea desde su “pequeña trinchera”. Es el caso del alcalde de Lurigancho Chosica, Oswaldo Vargas. Este ingeniero se ha preocupado no solo de tomar las previsiones a su alcance, dado que su distrito se encuentra más al este de Lima, y por lo tanto es uno de los más vulnerables a las crecidas del Rímac y la activación de las quebradas.
Pero en lo que me concierne, me alegra que haya lanzado una campaña de salud mental en su distrito de más de 300.000 personas. El hecho de que el alcalde provenga de Juntos por el Perú, me resulta irrelevante. No tengo ni un atisbo de vínculo con ese partido. A estas alturas, lo único que me preocupa son las acciones efectivas para promover la salud mental de los vecinos. Asimismo, para encontrar los medios eficientes a fin de lograr dicho objetivo esencial. Tal como he señalado en artículos previos, no basta con la buena voluntad y el sacrificio de algunos colegas.
Es preciso encontrar soluciones innovadoras, en las que se aúne la tecnología con el compromiso profesional de nunca abandonar a los pacientes, en particular a los más carenciados y necesitados. Es algo en lo que venimos trabajando algunos profesionales, desde nuestra pequeña trinchera. Para ello es indispensable forjar alianzas con dirigentes políticos empáticos con el sufrimiento de quienes habitan su distrito y que, por supuesto, no estén solo preocupados por asaltar la caja fuerte del mismo.
Jorge Bruce es un reconocido psicoanalista de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha publicado varias columnas de opinión en diversos medios de comunicación. Es autor del libro "Nos habíamos choleado tanto. Psicoanálisis y racismo".