Por: Mirko Lauer
La crisis económica boliviana avanza, y la clasificadora de riesgo Moody's ha respondido a la situación bajando el estatus de la deuda de B a C. El presidente Luis Arce ha rechazado esa decisión, pero lo concreto es que hay colas cada vez más largas para retirar dólares de los bancos. Una falencia de La Paz parece a la vuelta de la esquina.
El gobierno se está quedando sin reservas internacionales y ha echado mano a los fondos privados de jubilación. Con lo cual el problema no solo reside en las colas por dólares, sino también en la confianza de los inversionistas. El gas ha empezado a escasear junto con el oro, una reexportación que viene de la minería ilegal peruana.
No es solo la economía. Arce tiene un frente abierto con su antiguo correligionario Evo Morales y otro con la fuerte oposición de Santa Cruz de la Sierra. De otra parte hay serias dudas sobre si tiene votos suficientes para obtener del Congreso salidas a las crisis. Las próximas elecciones generales son en el 2025, y no se habla de adelanto.
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Varios voceros oficiales han salido a precisar que la crisis boliviana no tiene relación con la seguidilla de debacles y sustos bancarios en el hemisferio norte. Probablemente sea así, pero el contexto mundial no ayuda, y tampoco mucho el regional. Las protestas del sur peruano bloquearon el lucrativo negocio del oro contrabandeado.
El Perú no se da por aludido frente a ese oro ilegal, que daña el ambiente de las zonas fronterizas, en lo social y ecológico.
Lo anterior es clave. Pues La Paz tiene muy pocos dólares, pero sí suficientes reservas en oro como para ver en su conversión a divisas una solución para sus problemas de deuda externa. Pero esa es otra medida que el Congreso podría vetarle a Arce. Muchos allá piensan que la parálisis económica en Puno está afectando a todo el altiplano.
Mientras tanto la sequía de inversiones de estos años ha hecho que Bolivia pase de producir 22,000 millones de m3 de gas a producir solo 15,000 millones de m3. Así, los bolivianos han pasado a ser importadores netos de hidrocarburos.
Si alguna vez hubo un “mar de gas”, de eso solo queda un recuerdo. Hoy las esperanzas son con el litio.
Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).