Si acaso se están quedando

"Nos esperan más de tres años detestando al Legislativo y al Ejecutivo. Más todavía ahora que se ha debilitado tanto la idea de que esos políticos pueden salir de escena de un momento al otro". 

No es un pronóstico tan riesgoso decir que hemos entrado a una vida política sin adelanto electoral. Nos esperan más de tres años detestando al Legislativo y al Ejecutivo. Más todavía ahora que se ha debilitado tanto la idea de que esos políticos pueden salir de escena de un momento al otro. Como si se hubiera instalado un presente inamovible.

Pero cero adelanto electoral no impedirá que la comezón electoral se adelante mucho más de lo normal, como ha sucedido en otros tiempos. Las encuestas de intención de voto comenzaron a aparecer tempranísimo, como una forma de ir borrando la realidad del poder. La frase si las elecciones fueran mañana pasó a ser sobre todo la expresión de un deseo.

Si el futuro sin adelanto es real, lo importante en esta historia es que el actual gobierno se haga cargo de la situación. Algo de eso hay, pero la conciencia sobre esto es bastante irregular. Algunos en el Congreso piensan que la cancelación del adelanto electoral les concede un poder absoluto, y actúan en consecuencia.

Es muy poco probable que escuchemos un mensaje del tipo “nos quedamos”, pero hay señales sintomáticas. En el caso del Congreso son las votaciones, erráticas en todo menos en aquello de permanecer en el cargo. En el Ejecutivo ha sido una disposición a no dejarse avasallar por la violencia en las calles, aun si el precio era alto.

Pero si se llega a establecer una aceptación a regañadientes de que el periodo de gobierno se va a cumplir, eso probablemente se traduzca en reclamos de mayor eficiencia administrativa. Los reclamos de este tipo ya existen, pero podrían empezar a cobrar más urgencia. Dina Boluarte podría ganar adelantándose a ellos.

Quizás figuras y grupos aspirantes a ganar las próximas elecciones generales celebren in pectore la disipación del adelanto. Con una o dos excepciones, nadie está realmente preparado para hacer un buen papel. Además la crisis que el adelanto iba a resolver (o al menos para eso fue concebido) parece estar retrocediendo.

Si el gobierno va a durar tres años más, haría bien en ampliar su base social y política. Es obvio que este Ejecutivo está gobernando muchísimo mejor que el de Pedro Castillo, pero eso era imposible no hacerlo. Pero ese melancólico mérito no basta. Se precisa más, si acaso se están quedando.

Mirko Lauer

Observador

Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).