Orwell made in Peru

“Desde un inicio, el Gobierno de Dina Boluarte ha intentado deslegitimar la protesta social...”.

‘‘Quien controla el pasado controla el futuro; quien controla el presente controla el pasado”. Estas palabras del libro 1984 de George Orwell podrían haber inspirado un hilo de la Embajada del Perú en EE.UU. en Twitter el 28 de enero, titulado #8Verdades sobre la situación política en el Perú:

Hubo golpe de Estado en el Perú.

•El Gobierno es constitucional, legítimo y democrático.

•El Poder Judicial dispuso la prisión preventiva de Pedro Castillo.

•No se han vulnerado los derechos humanos de Castillo.

•Las protestas no han sido solo pacíficas.

El Gobierno no ha ordenado la represión violenta.

•El Gobierno apuesta por el diálogo.

•El Gobierno ha propuesto adelantar las elecciones generales.

Nada que discutir con la primera y la tercera afirmación. En efecto, el 7 de diciembre Pedro Castillo intentó realizar un autogolpe. Ante este hecho inconstitucional, el Congreso lo vacó, fue detenido y enviado a prisión preventiva.

De ahí la cosa se complica.

“El Gobierno es constitucional, legítimo y democrático”. En efecto, luego del voto del Congreso de vacar a Castillo, constitucionalmente la sucesora es la vicepresidenta. Pero la legitimidad de un gobierno se construye, no se declara. La paz se construye, no se invoca. Si un gobierno ejerce violencia extralegalmente, se afecta su legitimidad porque un gobierno es democrático no solo por la forma en que llega al poder, sino por la forma en que ejerce el poder.

Es por esa razón que es crucial revisar las “verdades” 5, 6 y 7.

Decir que “las protestas no han sido solo pacíficas” es mezquino. Desde un inicio, el gobierno de Dina Boluarte ha intentado deslegitimar la protesta social afirmando que los manifestantes son “azuzados” por “grupos violentistas”, “terroristas” o grupos criminales. Se busca desacreditar las protestas sociales para justificar la represión contra ellas.

Afirmar que el gobierno apuesta por el diálogo mientras continúa reprimiendo y terruqueando a las manifestantes es un contrasentido. Al reprimir las manifestaciones, el gobierno demuestra en los hechos que no quiere construir la paz sino aplastar a sus detractores.

La afirmación 6 es insostenible. Se ha documentado medio centenar de civiles asesinadas por proyectiles de arma de fuego de las que solo el gobierno parece no haberse enterado y que provienen de las fuerzas del orden. Si el gobierno no ordenó la represión violenta, ¿por qué ha continuado? ¿El gobierno entonces no controla la fuerza policial y militar? En una, el gobierno es directamente responsable; en la otra, el gobierno no controla el aparato represivo del Estado y estamos ante un gobierno cívico-militar.

Y sobre la última “verdad”, es evidente que un Congreso repudiado por 90% de los peruanos no quiere un adelanto de elecciones. Boluarte tiene en sus manos el poder de adelantar elecciones con su renuncia. Pero esa es una verdad que no se quiere anunciar.

Jo-Marie Burt

Doctora en ciencia política por Columbia University. Profesora en George Mason University y Asesora Principal de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), investiga sobre violencia política, autoritarismo, derechos humanos, y justicia transicional en América Latina.