¿Sabías que en Estados Unidos existe una isla donde se prohíbe el uso de vehículos? Está en Michigan y usan solo ferries

La isla Mackinac, situada en el estado de Michigan, es uno de los pocos lugares en Estados Unidos donde los vehículos motorizados están completamente prohibidos. Atrae a miles de turistas cada año, quienes se ven cautivados por su atmósfera tranquila y su paisaje natural, libre del bullicio de la vida moderna. Este destino se distingue por ofrecer una experiencia de transporte que remite a tiempos pasados, con el uso exclusivo de bicicletas y carruajes tirados por caballos, lo que le otorga un encanto especial que no se encuentra en otros destinos turísticos del país.

Acceder a Mackinac es en sí una experiencia única. Los ferries que conectan la isla con el continente son el principal medio de transporte hacia este paraíso sin autos. Los visitantes que arriban en estos ferries se sienten como si estuvieran entrando a un mundo diferente, uno donde la calma y la serenidad son las reglas, no las excepciones. A lo largo del año, esta isla preserva su estilo de vida tradicional, haciendo de cada visita una desconexión total del estrés urbano.

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Historia de la isla Mackinac

La historia de Mackinac se remonta a los tiempos de los nativos americanos, quienes fueron los primeros en habitarla mucho antes de la llegada de los europeos. Estos pueblos indígenas se establecieron en la isla debido a sus ricos recursos naturales, y se trasladaban en canoas hechas de corteza de abedul. Con la llegada de los colonizadores franceses y británicos, la isla adquirió importancia estratégica, especialmente durante las Guerras de la Región y la Guerra de 1812, cuando se construyó el Fuerte Michilimackinac para proteger la zona.

A medida que los estadounidenses tomaron control de la isla, Mackinac se fue transformando en un destino turístico. Su belleza natural y su rica historia atrajeron a los primeros viajeros, quienes comenzaron a explorar la isla en carruajes, un medio de transporte que se mantuvo vigente y se consolidó con el tiempo. En 1869, se otorgó la primera licencia para carruajes, lo que marcó el inicio de una era de turismo basado en el transporte tradicional.

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El transporte en Mackinac: un viaje al pasado

Lo que hace a Mackinac tan especial no solo es su historia, sino su sistema de transporte único, que conserva la esencia de épocas pasadas. En lugar de ver vehículos motorizados, los visitantes son recibidos por una isla llena de bicicletas y carruajes tirados por caballos. El recorrido por la M-185, una carretera de 13.2 kilómetros que rodea la isla, es uno de los puntos más destacados. Esta es la única carretera en Estados Unidos donde se prohíbe por completo el uso de vehículos motorizados, lo que contribuye a la atmósfera de paz y tranquilidad del lugar.

Los ferries que conectan la isla con el continente son esenciales para la llegada de turistas y residentes. Estos barcos operan durante todo el año, lo que permite a los viajeros acceder fácilmente a la isla, sin necesidad de vehículos motorizados. Además, aquellos que desean un toque más personal pueden optar por viajar en barco privado o incluso en avión. No obstante, el transporte principal sigue siendo por agua, y las regatas de vela que se realizan cada verano añaden un toque deportivo y tradicional a este entorno relajado.

Carruajes y caballos en la isla

Desde que los británicos introdujeron los caballos en Mackinac en 1780, estos animales se han convertido en una parte esencial de la vida cotidiana en la isla. Originalmente, los caballos se usaban para transportar materiales hacia y desde el Fuerte Michilimackinac, pero con el tiempo, pasaron a ser el principal medio de transporte turístico. En 1869, la isla emitió la primera licencia para carruajes, lo que permitió a los turistas recorrer la isla de una manera más pintoresca y cómoda.

Hoy en día, los recorridos en carruajes siguen siendo una de las principales atracciones para los visitantes de Mackinac. La empresa Mackinac Island Carriage Tours, la más grande y antigua del mundo en su tipo, ofrece un recorrido por la isla, permitiendo a los turistas disfrutar de sus paisajes naturales mientras conocen más sobre la historia local. Aunque los vehículos motorizados están prohibidos, algunas excepciones, como el uso de camiones para emergencias y el transporte de bienes, son permitidas, lo que mantiene intacta la atmósfera histórica y tranquila del lugar.