Películas

Rodrigo Teixeira: "Hacer cine y luchar por la democracia es un acto de valentía"

El productor de Aún estoy aquí', la película que logró el primer Óscar en la historia de Brasil, nos habla del buen momento del cine latinoamericano y de la memoria colectiva. “La dictadura brasileña ocurrió y fue un tiempo sombrío”.

Rodrigo Teixeira.
Rodrigo Teixeira. | Difusión.

En marzo de este año, miles de brasileños llegaban a cada plaza donde se había instalado pantallas gigantes para ver la ceremonia de los Óscar. Millones fueron a los cines para ver Aún estoy aquí, la película que retoma los casos de desapariciones forzadas durante la dictadura militar y que retrata la lucha de Eunice Paiva. En casi cien años de los premios de la Academia, Brasil logró su primera estatuilla. El director Walter Salles le dedicó el triunfo a una mujer que, frente a un régimen autoritario, “decidió no doblegarse y resistir”.

El productor Rodrigo Teixeira busca esas historias. “Es importante que el cine alcance otras posibilidades”, nos dice al salir de una proyección a la que asistió como jurado del Festival de Cine de Lima.  Radica en Brasil, país al que vuelve apenas termina un rodaje. Hace más de una década conoció a Martin Scorsese y se asociaron con sus respectivas casas productoras para hacer cine independiente y apoyar al talento emergente. “Hace 13 años no sé dónde estoy viviendo”, bromea.

Con su productora, RT Features, el brasileño produjo Llámame por tu nombre, ganadora del Óscar a mejor guion adaptado. Llegó a Lima tras terminar el rodaje de Paper Tiger, la película que reúne a Scarlett Johansson y a Adam Driver luego de Historia de un matrimonio. “Se estrena en 2026. Es un filme sobre una familia y una mafia”, nos adelanta. “Para mí es la mejor película de James Gray”.

En los Premios Platino, en España, le dedicó el premio a Latinoamérica. ¿Por qué?

Porque creo que nosotros no somos muy apreciados. Existe una tentativa de colonizarnos culturalmente hasta hoy. Y no creo que en Europa y Estados Unidos valoren el cine latino como merece ser valorado. Cualquier victoria latina es una victoria para todos nosotros. Y, a pesar de que Brasil tiene muchas similitudes con Perú, Chile, Bolivia, Argentina y Uruguay, es un país muy aislado porque habla otra lengua y por ser muy grande, crees que es autosuficiente. Creo que eso es muy malo porque Brasil debería que relacionarse mucho mejor con los países latinoamericanos. Tenemos que protegernos mucho más, valorarnos.

Dijo: “cuesta más a los latinos hacer cine”. ¿Es valiente ya hacer este tipo de películas?

Sí, es muy valiente hacer cine en Latinoamérica. Porque nosotros siempre enfrentamos dificultades. Dependemos de incentivos públicos y de fondos de coproducciones internacionales. A veces, nuestros países cambian las reglas. Y no conseguimos más tener ese acceso. Es valiente por los regímenes de opresión que tuvimos en los últimos 40 años en muchos países. Hacer arte, contestar, luchar por la democracia... el arte es un acto de valentía.

He leído que antes y después de los Óscar hubo un movimiento social en Brasil debido a la película. En un artículo se explicaba cómo Aún estoy aquí había propiciado que se revisaran los casos de desapariciones forzadas. En ese sentido, ¿cómo vive esto como productor?

Es muy importante que el arte pueda trascender. Lo que Aún estoy aquí hizo para nosotros fue una cosa muy impresionante, volviendo a contar la verdadera historia. Porque la dictadura brasileña ocurrió. Fue un tiempo sombrío en nuestro país. Muchas personas perdieron a sus familiares. Entonces, creo que es una revisión histórica y correcta. Y si hacemos eso con una película, otras pueden hacer lo mismo por sus países. El público que asistió a ver Aún estoy aquí era un público de derecha, de centro y de izquierda. Eso es muy curioso. Había públicos diversos; conseguimos conversar con todas las posibles clases políticas. Porque fueron casi 7 millones de espectadores solo en Brasil. Entonces, es muy interesante porque, al final del día, cuando pierdes a alguien de tu familia, no hay política. No hay religión.  Es igual en todos. No importa lo que creas, no importa en qué lado político estás.

Escena de 'Aún estoy aquí'.

Escena de 'Aún estoy aquí'.

Por esas coincidencias del cine, en Perú, el Congreso aprobó la amnistía para acusados de violaciones a derechos humanos. ¿Le parece propicio que Aún estoy aquí vuelva a los cines?

Sí, ¿por qué no? Porque no creo que quien comete crímenes deba tener amnistía. Creo que tienen que ser juzgados y punidos. No creo que la amnistía sea para los criminales. Si eres un criminal, un asesino que trabajaba en el servicio del Estado, que seas juzgado y que seas condenado. Entonces, si eso sucede aquí, de una manera que no es correcta, ¿por qué no luchar para cambiar o mostrar la verdad histórica? Yo no sé la situación política de Perú, pero muchos países de Latinoamérica están enfrentando problemas con la derecha, la derecha radical, que está asumiendo el poder. Después de toda la historia que nosotros tuvimos, tenemos personas que continúan apostando y votando por ese tipo de política.

Sobre las narrativas. Ha dicho que después del Óscar a Brasil y de las producciones en streaming, debería haber más oportunidades para que las producciones latinas sean vistas por los votantes de la Academia.

Sí, primero creo que es un gran momento para el cine latinoamericano. No importa si Brasil está siendo al frente de este movimiento. Tuvimos tres cines latinoamericanos premiados en Cannes. Pero en este año que viene puede ser Argentina, Perú, Paraguay... Creo que tenemos que dar voz y crear espacios. 

¿Y qué es lo más complejo?

El problema es el precio (sonríe). Si tienes una película que cuesta un número real, ¿por qué no? Ahora estaba haciendo dos ‘pelis’, una en Estados Unidos y otra en Líbano. La libanesa es financiación solo mía, pero es un filme libanés. Lo mismo estoy haciendo en Chile y Argentina ahora. En Chile hay un presupuesto que viene del gobierno y otra parte es de mi compañía. Y estoy haciendo lo mismo con Argentina. La película chilena es interesante porque soy un productor brasileño con una directora chilena, un libro colombiano y una guionista uruguaya. Eso es Latinoamérica. Me gusta mucho la literatura y creo que la latinoamericana es una de las mejores del mundo. Es muy apreciada afuera, pero nosotros no trabajamos mejor para hacer esas películas. La relación de Mario Vargas Llosa con Gabriel García Márquez sería una excelente película. Es una película posible.

¿Con Walter Salles dirigiendo?

¿Por qué no? Sería importante. Mario Vargas Llosa es un genio. Fue muy importante cuando él y Gabriel García Márquez ganaron el Nobel. Los latinoamericanos tenemos que estar muy orgullosos, no celosos. Orgullosos.

A Salles lo ha llamado “maestro”. ¿Tiene algún proyecto con él?

Sí, él es un maestro para mí. Yo le debo mucho a Walter Salles como persona, como director, como artista. Es una persona que, en el peor momento de mi vida profesional extendió la mano para mí. Es un artista de muy alto nivel, como pocos. Y estoy hablando a nivel mundial. Walter está en la categoría de los grandes directores en actividad hoy. Y estoy muy orgulloso de poder producirlo. Sí, estamos hablando de otras películas. Creo que Walter está ahora pensando mucho en lo que va a hacer después de un año muy complejo, de muchas actividades. Está descansando y pensando con mucha calma en lo que va a hacer. Espero que el próximo año esté trabajando con él.

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