La berma central de la avenida Augusto B. Leguía, entre la intersección de las avenidas Sáenz Peña, Balta y Luis Gonzales, es una cirugía a cielo abierto, sin intervención de las autoridades locales y regionales por años. Esta vía consta de dos tramos que están separadas por un separador central, que divide los distritos de José Leonardo Ortiz y Chiclayo. Ayer, este diario constató el desprendimiento de estructuras y el peligro de exposición a los peatones.
A lo descrito se suma la falta de señalización. Un estudio de tráfico realizado por la Universidad Santo Toribio de Mogrovejo de 2021 revela que son 6.509 los vehículos que transitan al día por esta vía Leguía, donde el 33,82% son mototaxis, 14,22% son motos lineales y 29,59% son automóviles.
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Por tanto, la berma central es una opción para los peatones. Un recorrido que realizó La República esta semana detectó el desprendimiento de las estructuras que cubren el canal Cois, situada en todo lo largo del separador central de la Leguía. El punto más crítico es entre Sáenz Peña y Balta. “En Leguía, al igual que en otras calles, hay paraderos informales, mal estado del pavimento, locales comerciales que usan la vía pública para vender y falta de señalización”, dijo el presidente de la Corporación Regional de Empresas de Taxi de Lambayeque, Luis García Díaz.
“Es una vía de alto tránsito y congestión que necesita mejoramiento. Desde el 2014, un tramo de la Leguía, entre Luis Gonzales y Huáscar, está destruido”, expresó Carlos Huanambal Gonzales, secretario del Frente de Defensa de los Intereses de Mototaxitas.
Los obstáculos, dificultades y trastornos que hoy advierten los usuarios del servicio vial en Leguía se extienden con la destrucción un tramo que va de este a norte, entre Luis Gonzales y Huáscar. Eso, si no asoman inconvenientes climáticos por el anunciado fenómeno El Niño Global.