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Opinión

Estabilidad de baja intensidad, por Augusto Álvarez Rodrich

El futuro cercano del Perú a través de dos preguntas claves.

larepublica.pe
AAR

Ahora que la trifulca por las denuncias a Dina Boluarte parece amainar, al menos temporalmente, pues en el Perú de estos tiempos todo es volátil, muchos replantean sus escenarios futuros de los próximos dos años que le quedan al gobierno, pero esta pequeña columna cree que los hechos confirman la proyección que hizo incluso antes de la batahola reciente: el país seguirá transitando por una ruta parecida a la foto actual, pero con mucho ruido, sin estar exenta de turbulencias frecuentes. Es decir, un escenario  de ‘estabilidad de baja intensidad’.

El domingo 31 de marzo, a los dos días del allanamiento con ariete tumba puerta de la casa de la presidenta, esta columna describió el escenario titulando ‘Aquí no pasa nada… todavía’. Dos días después, se atrevió a perfilar cómo quedaría el gobierno de Boluarte tras el voto de confianza y las mociones de vacancia, resumiendo con el título ‘Durando, pero cada vez más débil’.

Los hechos ocurridos desde entonces —confianza holgada al gabinete Adrianzén y archivamiento de las mociones de vacancia— ratifican las previsiones previas al bullicio, incluyendo la referida a la primera pregunta relevante sobre el futuro peruano en el mediano plazo, que no es otra que cuánto durará Boluarte en palacio.

A partir de un análisis que no depende del deseo del columnista, sino estrictamente de su lectura de lo que ocurre, que asume que es lo que más interesa al zahorí lector, este espacio cree, en este momento, que lo más probable es que Boluarte seguirá de presidenta hasta 2026, en un contexto sin fenómenos climáticos adversos, de baja protesta político-social, y recuperación económica como la que ya sucede y que se consolidará en el segundo semestre.

Sorpresas puede haber, sin duda, y Boluarte caerse en el camino, pero lo clave es si el congreso la seguirá respaldando, sin que exista hasta hoy evidencia de que eso dejará de ocurrir, pues ella es su balsa para llegar al 2026.

La segunda pregunta clave sobre el futuro es qué pasará en la elección 2026, asunto para el que queda ya poco espacio hoy, pero que quizá es más fácil de responder: aún nadie lo sabe realmente, es materia de gran especulación, y dependerá de lo que suceda en el próximo par de años.