Nueva York ha dado un paso atrás en su apoyo a los inmigrantes al cancelar el programa de tarjetas de débito prepagas. Esta medida, que brindaba un alivio financiero a miles de familias que buscan asilo, preocupó a los beneficiarios, quienes ahora enfrentan incertidumbre sobre cómo cubrir sus necesidades básicas.
El programa de tarjetas prepagas se lanzó como una medida de emergencia para ayudar a los inmigrantes en Nueva York, quienes llegaron en grandes cantidades para solicitar asilo. Su objetivo era proporcionar una forma directa y flexible para que las familias pudieran comprar comida, suministros para bebés y otros productos esenciales, que se adaptaron a las necesidades específicas de cada hogar.
Desde su implementación en marzo, el programa distribuyó tarjetas prepagas por un total de 3.2 millones de dólares, alcanzando a aproximadamente 2.600 familias que residían en hoteles financiados por la ciudad. Cada familia recibía un promedio de 350 dólares semanales, lo que representaba un alivio importante para aquellos que aún no tenían acceso a trabajos formales ni a otros beneficios gubernamentales.
La medida fue bien recibida por quienes dependían de ella, pero también generó críticas por su alto costo y la falta de licitación en la contratación de la empresa encargada de administrar el programa, Mobility Capital Finance (MoCaFi), que recibió aproximadamente 400 mil dólares por su gestión. A pesar de su éxito inicial, la ciudad decidió suspenderlo debido a un cambio en la estrategia para atender a los solicitantes de asilo.
Según un portavoz del Ayuntamiento, la decisión de no renovar el contrato del programa responde a un enfoque hacia contratos más competitivos y eficientes. Aunque no se especificó la fecha exacta en que el programa cesará, la ciudad continuará implementando otros programas de asistencia, que, según se espera, sean más rentables.
Esta decisión representa una pérdida importante para los inmigrantes beneficiarios de las tarjetas prepagas, ya que pierden una fuente clave de apoyo para cubrir sus necesidades básicas. Foto: La Nación
Para los inmigrantes beneficiarios de las tarjetas prepagas, esta decisión representa una pérdida significativa, ya que se ven privados de una fuente importante de apoyo para sus necesidades básicas. Muchas de estas familias aún no tienen estatus legal, lo que complica su acceso a trabajos formales o a otros programas de asistencia social.
La finalización del programa podría aumentar la vulnerabilidad de estas personas, quienes dependen de cada recurso disponible para sobrevivir. Con el número de solicitantes de asilo en constante aumento, la ciudad de Nueva York se encuentra ante el desafío de encontrar nuevas soluciones para brindar ayuda a estas familias, aunque aún no se ha establecido un plan claro.
Las organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes han expresado su preocupación por cómo este recorte afectará a los más necesitados. Sin la tarjeta prepaga, muchas familias podrían verse obligadas a recurrir a fuentes de asistencia más limitadas, lo que podría poner en riesgo su bienestar.