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¿Cuál fue la real causa de la muerte de Robert Oppenheimer, el padre de la bomba atómica?

La vida del enigmático Julius Robert Oppenheimer está llena de misterios. ¿Sabes a qué se debió su fallecimiento? Conoce el motivo a continuación.

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Carlos Grossmüller habló mal de sus compañeros en la 'U'. Foto: composición de Fabrizio Oviedo /LR

Por estos días, al hablar de Robert Oppenheimer, se nos viene a la mente la exitosa película que Christopher Nolan llevó a los cines de todo el mundo. Sin embargo, más allá de la bomba atómica, hay mucho más en la vida del científico estadounidense que pocas personas conocen. Por ejemplo, la verdadera causa de su muerte. En esta nota te contamos más detalles sobre la asombrosa vida de este histórico personaje.

¿Quién fue Robert Oppenheimer?

Julius Robert Oppenheimer nació el 22 de abril de 1904 en Nueva York. De niño estudió en el Ethical Culture Society School, por ese entonces una de las más prestigiosas escuelas privadas, que preparaba a sus alumnos para que ingresaran a una de las universidades que integraban la prestigiosa Ivy League de estudios superiores. Además, aprendió filosofía, literatura e idiomas.

Era un muchacho de carácter complicado, salud frágil, pero de una inteligencia superior al promedio. A los 14 años le diagnosticaron una forma aguda de esquizofrenia. Las personas solían describirlo como un tipo taciturno y difícil de tratar. Realizó sus estudios superiores en la Universidad de Harvard, donde se graduó como doctor en Ciencias Físico-Matemáticas. Luego fue profesor en la Universidad de Berkeley, en California.

Robert Oppenheimer dictando clases. Foto difusión

Hasta nuestros días, el físico teórico y nuclear estadounidense es famoso por ser considerado el padre de la bomba atómica, que en realidad fueron dos: la primera lanzada el día 6 de agosto de 1945 hacia la ciudad de Hiroshima y la segunda, tres días después, a Nagasaki, con lo cual Estados Unidos consiguió la rendición de Japón y terminó con la Segunda Guerra Mundial.

El 16 de julio de 1945, cuando Robert Oppenheimer presenció la prueba de su obra cumbre en Alamogordo, Nuevo México, en la denominada prueba Trinity, afirmó que el mundo ya nunca volvería a ser igual. Según cuenta la historia, el científico pronunció una frase extraída del poema épico hindú Bhagavad Gita: "Ahora me he convertido en la muerte, el destructor de mundos". El remordimiento de Oppenheimer por su creación lo atormentó hasta el final de sus días.

Robert Oppenheimer: de la degradación al reconocimiento

Oppenheimer fue maltratado por el Gobierno de EE. UU. debido a que, tras los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, buscó que exista un control internacional sobre el armamento nuclear y, de esta manera, frenar la carrera armamentística contra la Unión Soviética desde la Comisión de Energía Atómica de Estados Unidos. Sin embargo, en 1954, su país lo despojó de su influencia política por su pasado comunista.

En 1963, el presidente John F. Kennedy le otorgó el premio Enrico Fermi, que le entregó su sucesor, Lyndon Johnson, en reconocimiento a su carrera y "sus contribuciones a la física teórica como profesor y originador de ideas, y por el liderazgo del laboratorio Los Álamos y del programa de energía atómica durante años críticos".

La muerte de Robert Oppenheimer

A finales de 1965, le diagnosticaron cáncer de garganta. En 1966 se sometió a una cirugía en un intento de eliminar las células cancerosas, por la cual recibió radioterapia y quimioterapia, pero los tratamientos no tuvieron buenos resultados. El 15 de febrero de 1967 entró en estado de coma.

Robert Oppenheimer fumaba a diario, lo que le costó la vida. Foto: difusión

Según la versión de su familia, Robert Oppenheimer falleció el 18 de febrero de 1967, a los 62 años, en su casa, situada dentro de las instalaciones del Institute for Advanced Study, en Princeton, Nueva Jersey, la institución que acogió sus investigaciones durante muchos años, por un cáncer de garganta a causa del tabaquismo, ya que era un hombre que no dejaba de fumar.

Que esta enfermedad produjera la muerte de Oppenheimer era algo que, lamentablemente, esperaban todos los que lo conocían, pues lo describían como un fumador empedernido que pasaba sus días encendiendo un nuevo cigarro con la colilla del anterior.