Este viernes 7 de abril los cristianos católicos recordamos el Viernes Santo, una fecha en la que guardamos luto y mucha reflexión. Se le conoce como la fecha central de la Semana Santa, días en los que se demuestra mucho fervor y las personas acuden a las iglesias. Sin embargo, a pesar de ser un día importante para muchas iglesias, no es motivo de celebración de misas ni mucho menos de grandes aglomeraciones. En esta nota te explicamos todo lo que debes saber de esta fecha.
Según la iglesia Católica, el Viernes Santo no se celebra ninguna misa, pues se recuerda la muerte de Jesucristo y los cristianos deben guardar el luto y el silencio hasta el mismo Sábado de Gloria.
Además, se considera un día de penitencia en el que los feligreses no deben comer carne y practicar el ayuno en estos días que el año litúrgico establece, de acuerdo a los preceptos de la religión católica, muchas veces enseñados en el colegio.
Cualquier iglesia o institución religiosa no debe celebrar los sacramentos del Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Matrimonio y Orden Sacerdotal, pero sí la Reconciliación o Penitencia y la Unción de Enfermos. En caso de haber ritos funerarios o exequias, estos se llevan a cabo sin canto ni instrumentos musicales.
Como es tradición, cada Viernes Santo se lleva a cabo la liturgia de la Pasión del Señor, aproximadamente desde las 3.00 p. m., pues, según la cristiandad, a esa hora murió Jesucristo. Los fieles reviven las etapas de su muerte y su crucifixión y recorren las 14 estaciones, la adoración a la Cruz y la comunión eucarística.
Toda imagen de Jesucristo en las iglesias se cubre con un manto morado, color que representa un signo de penitencia, sacrificio y preparación para los fieles. Además de ser, por supuesto, una señal de duelo por la muerte de Cristo. Esto se coloca al finalizar la misa nocturna de Jueves Santo y se retira el Sábado de Gloria por la noche, luego de la Vigilia Pascual.
Además, esto incita a todos los cristianos a que nada los distraiga de asistir a las iglesias y que deben dirigir su atención al sacrificio que hace el Señor en la cruz por toda la humanidad.
Porque el color rojo simboliza la Pasión de Cristo y la sangre que derrama en el martirio de su crucifixión y su muerte.
Este sermón, también conocido como el de las Tres Horas, es una tradición católica en la que se reflexiona sobre las últimas palabras que Jesucristo dijo en la cruz antes de entregarle su vida a la humanidad entera para salvarnos del pecado.
Pocos sabíamos que esta tradición nació en Perú, siendo creada por el sacerdote jesuita Francisco del Castillo en el año 1660, al comparar el sufrimiento de Jesús con lo que padecían los esclavos e indígenas en la época del Virreinato. Posteriormente, esto trascendió a países de América y Europa.