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Cultural

Valeria García: “Lo que siempre me ha interesado del teatro es el cuerpo en movimiento”

Dramaturga y psicoanalista Valeria García debuta con “No puedes dejar este cuerpo sin antes contar esta historia” en la casa Yuyachkani.

larepublica.pe
Valeria García

“Yo nací con una condición genética que me impide caminar y que está estrictamente relacionada a la musculatura. No tengo fuerza en los músculos. Desde muy pequeña, se dieron cuenta en casa de que tenía algunas dificultades para pararme, tenía ciertos movimientos que usualmente los niños no tienen. Y es allí cuando me hacen mi primer examen, mi primera prueba médica y descubren que tengo una condición que se llama atrofia muscular. Caminé poco, con muletas, de pequeña, pero siempre era difícil para mí. Entonces, en general, siempre he estado en una silla de ruedas y he convivido con ella”, dice la psicoanalista y dramaturga Valeria García a razón de la primera puesta en escena de una pieza dramática de autoficción escrita por ella: No puedes dejar este cuerpo sin contar esta historia, dirigida por Nadine Vallejo.

Por las señas nominales del título, no hay mucho que dejar a la imaginación sobre el sendero temático de la obra. García ha puesto en el asador su propia vida.

“A mí el teatro siempre me ha fascinado. Desde la época del colegio me gustaba actuar a mí como actriz. Y en la obra lo plasmo juguetonamente, mencionando cómo iba a existir una actriz en silla de ruedas. Eso no es pensable, ¿no? Y además del teatro, me gustaba la literatura, pero me gustaba también la psicología y yo me dedico a eso. Yo soy psicoanalista, me formo como psicóloga en la Católica, luego me formé como psicoanalista. Es una carrera larga, entre quince y veinte años. Siempre me han gustado las puestas en escena porque lo tienen todo”.

Verónica Garrido Lecca. Foto: Javicho Rivero.

Valeria respiraba cultura en su hogar, compuesto por artistas y fotógrafos, vale indicar.

“Lo que siempre me ha interesado del teatro es el cuerpo en movimiento, puesto que hay una actitud, una pulsión, un deseo, un impulso real. El cuerpo está vivo, está de forma tridimensional, no es una pantalla. El cuerpo se equivoca, el cuerpo suda, ¿no? Los cuerpos me parecen que tienen un lugar ahí especial”, enfatiza García, de quien siempre le ha interesado del teatro la textura, los colores y la música.

Argumento sencillo, pero potente. Valeria (personaje interpretado por Verónica Garrido Lecca) es una psicoanalista de 52 años que tiene una discapacidad que la obliga a usar una silla ruedas. En el 2019, descubre una medicina, inubicable en Perú, que la podría ayudar a detener el deterioro muscular que padece. Tras muchos esfuerzos, Valeria consigue la medicina. Sin embargo, llega la pandemia y la situación cambia radicalmente para ella.

“Descubro la autoficción en el teatro con las obras de Mariana de Althaus. Pienso en Trucos para ver en la oscuridad. Cuando la vi, algo me atravesó. Me dije que esto es lo que quiero hacer. Tenía mi historia personal con este medicamento que no lo podía traer a Perú, era una historia mía y la llevé al teatro. No es una historia para mí, en realidad estoy contando algo que le va a servir a otras personas, de alguna manera, todos le tenemos miedo a la muerte. Pero no es una obra que es un rosario de lamentos, más bien lo que hago en ella es celebrar la vida, incluso siendo irónica conmigo misma. La obra tiene mucha chispa, no busqué hacer una obra melancólica. La actuación de Verónica es precisa”, enfatiza García en pleno trajín de los últimos ensayos.

“Yo no quería ser un testimonio. Por eso, quien actúa es Verónica Garrido Lecca y no yo. Yo actúo detrás de las sombras. A mí solamente se me ve en las sombras. Yo no quería que sea una obra testimonial. Yo no me quiero parar al frente y decir, esta es mi historia, les cuento y chau. Yo quería y quiero y querré que alguien la actúe, que la represente y que use su cuerpo para hablar del mío y que esto funcione en cualquier lugar del mundo. Que no tenga que ir yo, Valeria García, a la China por decir algo, para presentarla”.

Y agrega: “Esta historia personal con el medicamento, la viven otras personas en el mundo. Aunque el arte, el teatro, no busca dar un mensaje, sí busca despertar una conciencia sobre determinados problemas. Tengo la posibilidad de contar esta problemática, de poner algo de mí y de los casos que conozco. Esta obra es una autoficción de un tema específico que viví y quiero compartir”.

Del 10 al 20 de octubre en casa Yuyachkani. Entradas en Joinnus.