Tras la polémica en EE.UU., donde Woody Allen cambió de editorial y las publicó sin avisar, sus memorias, “A propósito de nada”, salen mañana en español, según EFE, con sus críticas feroces a Mia Farrow, su autoproclamada inocencia en las acusaciones de abuso de su hija Dylan, y algún lamento por la falta de apoyo del mundo del cine.
Un libro que comienza como una autobiografía más o menos al uso, pero que dedica casi la mitad de sus 440 páginas a detallar su relación con Dylan Farrow, la hija que adoptó durante su relación con Mia Farrow, y que acusó al director de haber abusado sexualmente de ella cuando era una niña.
Con una gran precisión, el director de títulos como “Manhattan” o “Annie Hall”, relata cómo era su relación con Dylan y Moses, dos de los hijos adoptivos de Mia Farrow, durante los años que estuvo con la actriz.
Y repite en muchas ocasiones que Dylan le “adoraba” y que las acusaciones fueron una operación en su contra construida por Mia Farrow, a la que pinta como una desequilibrada y mala madre, que no trataba igual a sus hijos biológicos que a los adoptivos.
“Mia obligaba a Thaddeus a ponerse en público soportes ortopédicos de hierro en lugar de los de plástico (....) ella quería que se supiera que adoptaba a niños discapacitados”, relata Allen de uno de los diez hijos adoptados por la actriz, que tenía otros cuatro biológicos -tres de su matrimonio con André Previn y uno, Ronan, con el cineasta, aunque luego dijo que era de su primer marido, Frank Sinatra-.
"No es extraño que dos de sus hijos adoptados (Tam y Thaddeus) terminaran suicidándose. Un tercero también contempló esa posibilidad, y una hija adorable (Lark), que tuvo que enfrentarse a un diagnóstico positivo de VIH con más de treinta años, terminó abandonada por Mia y murió de sida en un hospital una mañana de Navidad sin nadie a su lado".
Un relato de hechos en el que el comportamiento de Mia Farrow se presenta como aterrador mientras el cineasta se pinta a sí mismo como alguien muy equilibrado, pese a que solo quiso adoptar a los dos hijos adoptivos de la actriz con los que se llevaba bien -Dylan y Moses- y que justifica no aparecer como padre de Ronan (originalmente llamado Satchel) porque no le dijeron que había que cumplimentar un formulario.