La serie de Netflix 'Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez' ha logrado atraer a la audiencia al retratar uno de los crímenes más notorios de Estados Unidos. El caso real de los hermanos Menéndez, condenados por el asesinato de sus padres en 1989, se presenta en la pantalla con una sorprendente precisión en la caracterización de los personajes y el desarrollo de la trama.
Lyle y Erik Menéndez son los protagonistas de esta trágica historia. En la vida real, los hermanos eran jóvenes de apariencia común, pero marcados por el abuso sexual, físico y emocional, según alegaron en su juicio. Lyle, de 21 años al momento del asesinato, tenía una personalidad dominante y protectora hacia su hermano. Erik, 3 años menor, era más reservado y emocionalmente vulnerable.
Hermanos Lyle y Erik Menéndez en la vida real. Foto: ABC
En la serie de Netflix, los actores que interpretan a Lyle y Erik son Nicholas Alexander Chavez y Cooper Koch, respectivamente. Las fotos comparativas muestran similitudes notables entre ficción y vida real, destacando detalles como el peinado, la expresión facial y la vestimenta. Esta fidelidad visual ayuda a los espectadores a sumergirse en la narrativa y a comprender mejor a los personajes.
Nicholas Alexander Chavez es un actor estadounidense conocido por su papel como Spencer Cassadine en 'General Hospital. Nació el 6 de septiembre de 1999 en Houston, Texas. Por su parte, Cooper Koch, nacido el 16 de julio de 1996 en Los Ángeles, ha participado en películas de terror como 'They/Them' y 'Swallowed'.
Nicholas Alexander Chavez y Cooper Koch, actores de 'Monstruos'. Foto: Netflix
Los padres de Lyle y Erik, José y Kitty Menéndez, son figuras centrales en la historia. José Menéndez, un empresario millonario, y su esposa Kitty, una mujer dedicada a su familia, presentaban una imagen de éxito y estabilidad. Sin embargo, detrás de esta fachada se habrían escondido abusos que culminaron en su asesinato ocurrido el 20 de agosto de 1989, cuando él tenía 45 años y ella 47.
Los esposos José y Kitty Menéndez en la vida real. Foto: ABC
Familia Menéndez en la vida real. Foto: difusión
La familia Menéndez en la vida real. Foto: Cronista
En la serie original de Netflix, los actores que caracterizan a José y Kitty Menéndez son Javier Bardem y Chloë Sevigny, respectivamente. Los intérpretes han logrado capturar la esencia de estas complejas personalidades. Las fotos revelan una recreación minuciosa de la apariencia de los Menéndez, desde el estilo de ropa hasta los gestos característicos.
La familia Menéndez en la serie. Foto: Netflix
Javier Bardem, nacido el 1 de marzo de 1969 en Las Palmas de Gran Canaria, es un destacado actor español. A lo largo de su carrera, ha cosechado numerosos premios, incluyendo un Óscar por 'No Country for Old Men'. Además de su éxito en la pantalla, Bardem está casado con Penélope Cruz, con quien tiene dos hijos.
Chloë Sevigny, nacida el 18 de noviembre de 1974 en Springfield, Massachusetts, es una destacada actriz, modelo y diseñadora de moda. Ha recibido elogios por sus papeles en películas como 'Boys Don’t Cry' (1999), por la cual fue nominada al Óscar, y 'American Psycho' (2000). En televisión, brilló en la serie 'Big Love' de HBO, ganando un Globo de Oro en 2010.
La historia de Lyle y Erik Menéndez es una de las más perturbadoras en la crónica criminal de Estados Unidos. En 1989, los hermanos asesinaron a sus padres en su lujosa casa de Beverly Hills, pero no despertaron sospechas sino hasta meses después, cuando se detectaron los lujos que se dieron con el dinero de sus progenitores. En ese contexto, confesaron el crimen a su terapeuta.
El juicio que siguió en 1993 atrapó la atención mediática con revelaciones impactantes. Los jóvenes alegaron en su defensa que sus padres abusaron de ellos física, mental y sexualmente. Una prima de ambos aseguró que decían la verdad en este primer proceso, el cual terminó siendo nulo. Décadas más tarde, el exintegrante del grupo Menudo, Roy Rosselló, denunció en un documental de 2023 que fue violado por José Menéndez.
En 1995 comenzó el segundo juicio, donde no se permitieron testimonios sobre abusos y traumas familiares debido a la falta de pruebas. Finalmente, Lyle y Erik Menéndez fueron condenados a dos cadenas perpetuas sin posibilidad de libertad condicional tras ser declarados culpables de asesinato en primer grado y conspiración. El jurado determinó que los hermanos no actuaron por miedo, sino con la intención de heredar su fortuna.