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Ciencia

La historia de Gua, la chimpancé que fue criada junto a un bebé para crecer como humano

En 1931, un psicólogo y su esposa decidieron criar a Gua como si fuese una hija más. ¿Su objetivo? Saber hasta qué punto podría adquirir una inteligencia similar al de los humanos.

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La chimpancé Gua y el bebe Donald fueron criados como hermanos en un experimento de 1931. Foto: captura de Youtube

¿Podría un primate comportarse como un ser humano si es criado como uno desde sus primeros meses de vida? Si fuera así, ¿hasta qué punto lograría adquirir características humanas?

A lo largo de la historia de la ciencia, estas preguntas han inspirado varios experimentos; sin embargo, el primero de todos sucedió en 1931, cuando el psicólogo estadounidense Winthrop Niles Kellog y su esposa Luella Kellog decidieron criar a Gua, una chimpancé de siete meses y medio, junto a Donald, su propio hijo de 10 meses.

Mayor inteligencia a favor de Gua

A los ojos de la familia Kellog, Gua y Donald eran como hermanos, por eso fueron educados en la misma casa y de la misma forma, mediante premios, regaños y castigos, durante 12 horas cada día de la semana. A ambos se les alimentaba, se les cambiaba los pañales y se les estimulaba como a un niño humano, mediante el lenguaje básico y algunas actividades motoras.

Durante el transcurso, también se les evaluó su memoria, vocalización, reflejos, locomoción, fuerza, destreza manual, resolución de problemas, equilibrio, comportamiento de juego, comprensión de lenguaje, capacidad de atención, entre otros aspectos cognitivos, físicos y de lenguaje.

Tras cinco meses del experimento, Gua había demostrado ser más inteligente que el pequeño Donald. A la edad de 12 meses, por ejemplo, la primate ya caminaba erguida y respondía por lo menos a 20 llamados humanos distintos, mientras que el niño, cuya edad era de un año y tres meses, solo respondía a tres llamados.

Un muro cognitivo

Sin embargo, luego Gua chocó contra un muro cognitivo y dejó de mostrar avances significativos. ¿La razón? Genéticamente, era un chimpancé, por lo que su capacidad de aprendizaje no se podía incrementar más.

Entonces, la diferencia entre ambos solo quedó restringida a la actividad física, en la que Gua siempre destacó.

En total, el experimento duró nueve meses, hasta el 28 de marzo de 1932, cuando la chimpancé fue devuelta a la colonia de primates de Orange Park y fue rehabilitada para aprender comportamientos animales.

El experimento de los Kolleg buscaba saber si Gua podía desarrollar un comportamiento y una inteligencia similar al de los humanos. Foto: captura de Youtube

Si bien los Kellog nunca explicaron expresamente por qué concluyeron el experimento, otros científicos sospechan que un motivo podría deberse a que el aprendizaje de Donald no solo se había retrasado a comparación de otros bebés de su misma edad, sino que no parecía interesado en superar a Gua en las pruebas del habla, ya que imitaba los instintivos gruñidos de su compañero primate.

El experimento “probablemente tuvo más éxito que cualquier estudio anterior a su tiempo al demostrar las limitaciones que la herencia impone a un organismo independientemente de las oportunidades ambientales, así como los avances en el desarrollo que podrían lograrse en entornos enriquecidos”, sostuvo Kellog en un artículo titulado “El mono y el niño”, que fue publicado en The Psychological Record, en 1934.