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FAP desestima los aviones de combate usados como opción de compra

La adquisición de 36 aeronaves de guerra de segundo uso MiG-29 y Sukhoi-25 a Bielorrusia, que hizo el gobierno de Alberto Fujimori, resultó completamente inapropiada porque las unidades no cumplieron con las expectativas de la Fuerza Aérea. Por eso, su prioridad son los aviones nuevos mediante negociaciones de Gobierno a Gobierno, sin intermediarios.

Desde los años 50 del siglo pasado la FAP inició la práctica de adquirir aeronaves completamente nuevas. Foto: composición LR/La República
Desde los años 50 del siglo pasado la FAP inició la práctica de adquirir aeronaves completamente nuevas. Foto: composición LR/La República

De acuerdo con el registro histórico de adquisiciones de aeronaves de guerra, la mayoría de los equipos que la Fuerza Aérea del Perú (FAP) ha adquirido desde la década de 1950 han sido nuevos, comprados directamente de fábrica. Un ejemplo de esto son los Mirage 2000P, que ya han estado en operación durante 40 años. En contraste, los modelos MiG-29 y Sukhoi-25, de origen ruso y adquiridos de segunda mano de Bielorrusia entre 1996 y 1997, han tenido serios problemas para alcanzar los 25 años de servicio. Por esta razón, y apoyándose en experiencias recientes, la FAP ha descartado actualmente la posibilidad de comprar aeronaves de segunda mano.

Otra lección aprendida por la institución castrense es que las tratativas deben efectuarse de gobierno a gobierno, lo que representa una garantía de confiabilidad y transparencia. En el caso del régimen de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos —que fue el último que compró aeronaves de guerra—, las negociaciones se hicieron con intermediarios privados, quienes fueron los que pagaron sobornos para que su oferta fuera aceptada. 

Tres unidades de MiG-29SE comprados en 1998, fueron los últimos modelos nuevos contratados por la FAP, hace 26 años. Foto: La República

Tres unidades de MiG-29SE comprados en 1998, fueron los últimos modelos nuevos contratados por la FAP, hace 26 años. Foto: La República

A diferencia de un contrato debatido entre privados y funcionarios públicos —como sucedió en el fujimorato—, en un acuerdo de Gobierno a Gobierno existe un mayor control por parte de los organismos fiscalizadores de ambos países. De este modo, es posible efectuar una trazabilidad del destino final de los fondos públicos, informaron a La República fuentes con conocimiento de los procesos de compra de las instituciones. 

Para que arranquen las negociaciones para la adquisición de las 24 aeronaves de combate que requiere la FAP, esta debe entregar el expediente técnico sustentado del requerimiento a la Agencia de Compras de las Fuerzas Armadas (ACFFAA). Serán los funcionarios de la ACFFAA los que harán el estudio de mercado y negociarán con las autoridades de las naciones que presenten las propuestas.

Las diferencias que cuentan

“De momento, la ACFFAA no ha recibido ningún expediente referido a la adquisición de cazas u otro avión de guerra”, indicaron las fuentes de la agencia. 

El actual jefe de la ACFFAA es el general de brigada del Ejército (r) Aldo Cornejo Valverde. No es un oficial de la FAP. 

Con la condición de no mencionar su nombre, un experto militar confirmó que la tendencia de la FAP ha sido históricamente inclinarse a favor de la adquisición de unidades nuevas, destacando las siguientes: 

-16 cazas británicos Hawker Hunter MK.52, en 1956. 

-37 cazas franceses Mirage M-5P, comprados entre los años 1967 y 1977, mediante 9 contratos suscritos en el primer gobierno de Fernando Belaúnde y en el régimen del general EP Francisco Morales Bermúdez. Las diferencias políticas e ideológicas no impidieron que la FAP completara el proceso de modernización de su flota de combate de primera línea. -36 cazabombarderos Cessna A-37 Dragonfly de fabricación estadounidense, comprados a partir de 1974, en el régimen del general Juan Velasco Alvarado. 

-55 cazabombarderos Sukhoi Su-22 de fabricación soviética, entre 1976 y 1981. Como en el anterior caso, fueron gobiernos diferentes los que cumplieron con la renovación de las unidades aéreas de guerra. 

-12 cazas Mirage 2000-P, contratados en 1982, gobierno de Fernando Belaúnde, y recibidos entre 1985 y 1986. 

-3 cazas MiG-29E adquiridos por el régimen de Fujimori a la Federación Rusa, en 1998.

Al año siguiente de la compra de 18 cazas MiG-29 de segunda mano a Bielorrusia que hizo el gobierno de Fujimori, se accidentó un ejemplar en Chiclayo, en 1997. Crédito: La República

Al año siguiente de la compra de 18 cazas MiG-29 de segunda mano a Bielorrusia que hizo el gobierno de Fujimori, se accidentó un ejemplar en Chiclayo, en 1997. Crédito: La República

Lo que enseñan los datos

“La evidencia demuestra que la FAP ha preferido en los últimos 70 años la opción de aeronaves de primer uso, encargadas a los fabricantes según las exigencias técnicas requeridas. Es decir, las aeronaves son encargadas para su fabricación conforme a las demandas técnicas del usuario, con la presencia de estos en las instalaciones de las compañías productoras. Quienes creen que contratar aeronaves de combate es como ir al supermercado, o pedir un delivery, están completamente equivocados”, señaló el especialista consultado. 

“Un ejemplo clarísimo es el caso de los Mirage 2000. Fueron encargados a la fábrica, con especificaciones muy puntuales de la FAP, ¿y qué sucedió? Por 40 años estuvieron en servicio pleno. Y nunca protagonizaron accidentes, salvo uno que ocurrió este año, en Arequipa, el 11 de abril”, precisó el experto. 

“Hagamos una comparación. Un Mirage 2000 que se compró nuevo, de fábrica, sufrió un incidente luego de 40 años de operatividad. Mientras que un MiG-29 adquirido de segunda mano a Bielorrusia, en 1996, se destruyó en un accidente en Chiclayo, el 2 de diciembre de 1997. Es decir, tenía poco más de un año en servicio. Incluso el gobierno de Fujimori ocultó este hecho. Eso sucede cuando se hacen compras de máquinas de segunda mano”, amplió el especialista en material de guerra aérea.

Las fuentes consultadas que conocen del proceso en curso mencionaron que en las reuniones que se han efectuado con representantes de Estados Unidos, Francia y Suecia — cuyas empresas proveen los modelos F-16 Block 70 Viper, el Dassault Rafale F3R y el SAAB Gripen E/F, respectivamente—, los representantes de la FAP pusieron énfasis en que hacían una minuciosa evaluación técnica para contar con un adecuado sistema de disuasión estratégica. 

“En un contexto de seguridad nacional marcado por crecientes tensiones regionales y globales, la selección de un sistema de armas moderno para la FAP, se toma en consideración factores clave como el costo de adquisición y operación, tecnología disruptiva, capacidad de disuasión, adaptabilidad a la geografía del Perú, y el sostenimiento y capacidad logística del país para mantener estas flotas operativas”, manifestaron las fuentes. 

“La evaluación técnica incluye que el modelo debe tener un bajo costo operativo, facilidad logística y adaptabilidad. Esto es, una platafora ideal para la geografía y las capacidades industriales del país. Y que permita mantener una fuerza aérea moderna y sostenible sin comprometer el presupuesto de defensa”, apuntaron.

Las exigencias técnicas

Una adquisición de estas características debe garantizar una serie de exigencias como mantenimiento, reparación, provisión de componentes y repuestos. Este fue el gran problema que tuvo el régimen de Fujimori y Montesinos cuando decidieron incorporar los MiG-29 y Su25 de segunda mano. Lo peor de todo fue que debido a este enorme problema, las aeronaves no se encontraban en condiciones para entrar en eventuales escenarios de combate. 

Los aviones de combate de segunda mano MiG-29 comprados a Bielorrusia por el gobierno de Fujimori en 1996, resultaron un fracaso absoluto. Al primer año de servicio cayó uno en Chiclayo.

Los aviones de combate de segunda mano MiG-29 comprados a Bielorrusia por el gobierno de Fujimori en 1996, resultaron un fracaso absoluto. Al primer año de servicio cayó uno en Chiclayo.

“En última instancia, la elección de un sistema de armas debe estar alineada con una estrategia a largo plazo que combine eficiencia, adaptabilidad y disuasión, asegurando que el Perú pueda mantener la operatividad de su fuerza aérea en un entorno cada vez más desafiante”, informaron las fuentes. 

“El terreno peruano, con sus altitudes elevadas, climas extremos y vastas zonas desérticas, presenta un reto para cualquier sistema de armas”, señalaron. No todos los modelos que están bajo el interés de la FAP cumplen con estas características.

El 30 de octubre, el ministro de Defensa, Walter Astudillo, responderá a una interpelación en el Congreso, que incluye presentar el sustento de por qué es necesaria la adquisición de 24 aeronaves de combate. Luego, en noviembre, el Legislativo debatirá si aprueba el presupuesto presentado por el Ejecutivo que incluye el financiamiento del contrato cifrado en US$3.500 millones.

En 1997 el régimen fujimorista adquirió a Bielorrusia 18 aviones de guerra Sukhoi-25 de segundo uso, de los cuales al día de hoy ninguno está operativo.

En 1997 el régimen fujimorista adquirió a Bielorrusia 18 aviones de guerra Sukhoi-25 de segundo uso, de los cuales al día de hoy ninguno está operativo.

Recuadro

● Presupuesto. Mediante un “presupuesto especial” del fondo del sector Defensa, se financiará la adquisición de 24 cazas, informó el comandante general de la FAP, general del aire Carlos Chávez Cateriano. 

● Sustento. “Este es un presupuesto especial para la defensa del país y que, además, no se va a pagar en una sola cuota. Esto va a ser financiado entre 18 y 25 años en una operación con el Banco de la Nación del Perú”, dijo Chávez 

Avión de caza. Foto: referencial/ Xataka

Avión de caza. Foto: referencial/ Xataka