Socióloga y narradora. Exdirectora académica del programa “Pueblos Indígenas y Globalización” del SIT. Observadora de derechos humanos por la OEA-ONU...

En defensa de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, por Irma del Águila

"La CNDDHH más allá de las observaciones que podamos formular por el enfoque o los alcances del trabajo, ha denunciado estos y otros hechos trágicos de nuestra historia"

En un pasaje del poema romance “La pérdida de Alhama”, Boabdil, sultán de Granada, se entera de la caída de la villa a manos de los castellanos (1482), “cartas le fueron venidas que Alhama estaba ganada; las cartas echó en el fuego y al mensajero matara”.

Sigmund Freud llamó a este episodio “matar al mensajero”, un mecanismo de defensa para evitar afrontar un hecho que nos resulta insoportable. Además, señala, el sultán de Granada se lanza a una exhibición pública de fuerza (estéril): quema el papel, saca la espada y ciega la vida del mensajero.

El comunicado emitido el martes 26 de agosto por la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, que daba cuenta del estado de salud y la preocupante situación penitenciaria de la ex premier Betssy Chávez, no fue bien visto por algunos. De los comentarios, se desprende una disconformidad por el mensaje de la CNDDHH. ¿Qué había pasado? La discrepancia no era tanto, al parecer, por los hechos como por hacer público los hechos.

Gloria Cano, una de las cuatro personas de la delegación de la CNDDHH, había comentado en su muro que encontraron a Betssy “tranquila, segura, desmejorada claro que sí, pero no al punto como señalaban las alarmas a punto de un desenlace fatal”. Esto que, en principio, era una buena noticia se convirtió en uno de los nudos gordianos del comunicado: un reporte sobre el estado de Betssy Chávez que resultaba empático y a la vez exponía un respeto por los hechos, creó una tensión en redes sociales.

Hoy en día, diríamos con Marshall McLuhan que el medio (la emoción que se hace viral en Tik Tok, X) es ya el mensaje. El contagio emocional en redes sociales llega a tener un peso de “verdad” que no se cuestiona.  Si los hechos contados en el comunicado de la CNDDHH no se condecían con el estado emocional en redes, se abría un conflicto en las narrativas. Lo cierto es que le llovieron críticas a la CNDDHH, incluso descalificaciones.

Que Gloria Cano sea una mujer que ha dedicado treinta años de su vida a la defensa de los deudos de los casos Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992) y hoy asuma la defensa legal de las víctimas de las protesta sociales contra Dina Boluarte no evitó juicios lapidarios de usuarios en redes por decir lo que vio. Se intentó cancelar en redes el comunicado de la  CNDDHH. El ejercicio de la censura.

En el comunicado del 26, la CNDDHH acompañaba el pedido de Betssy Chávez de ser trasladada a otro penal, por “su seguridad y dignidad”. El 1 de septiembre, se traslada a Betssy Chávez al hospital María Auxiliaodora por el deterioro de su estado de salud y de forma preventiva. El 3 de septiembre, el TC falló a favor de la excarcelación de Betssy Chávez por “agravio constitucional”, al probarse que había permanecido bajo arresto por ocho días sin orden de detención emitida por el juez, en diciembre de 2024. La decisión del TC se apega no solo a la norma vigente sino a un sentido de justicia elemental, al exponer un arresto arbitrario.

El sentido de justicia es ampliamente deficitario en el Perú. En estos días, la denuncia de Betssy Chávez y de otras internas, aunque no siempre coincidentes, pusieron en evidencia, una vez más, las inhumanas, penosas condiciones de encierro que sufren miles de mujeres y hombres.

La Coordinadora Nacional de Derechos Humanos ha acompañado a los deudos y a las víctimas desde 1985. Desde los tiempos de la recordada Pilar Coll, la CNDDHH se ha   preocupado por la suerte las víctimas, los presos en la terrible masacre de los penales de 1986, los estudiantes asesinados por el grupo Colina en el caso La Cantuta, las personas arbitrariamente sindicadas de “terroristas” en el caso Olimpo, los personas asesinadas en las protestas contra Dina Boluarte, etc.

La CNDDHH más allá de las observaciones que podamos formular por el enfoque o los alcances del trabajo, ha denunciado estos y otros hechos trágicos de nuestra historia. Por decir lo que vemos. Por el apego a la verdad de los hechos, con sus grises. Es testigo y mensajero que ha incomodado y mucho al poder de turno. Y seguirá en lo suyo, de eso no hay duda. 

Irma Del Águila

Por ahí

Socióloga y narradora. Exdirectora académica del programa “Pueblos Indígenas y Globalización” del SIT. Observadora de derechos humanos por la OEA-ONU en Haití. Observadora electoral por la OEA en Haití, veedora del Plebiscito por la Paz en Colombia. III Premio de Novela Breve de la Cámara Peruana del Libro por “El hombre que hablaba del cielo”.