Lic. en Comunicación y Mag. en Estudios Culturales. Cobertura periodística: golpe contra Hugo Chávez (2002), acuerdo de paz con las...

¿No es un mundo para débiles?, por Ramiro Escobar

¿Y qué hacemos con las víctimas más pobres de nuestro país, las que sufrieron lo inenarrable entre 1980 y el 2000, que hace poco han sido literalmente basureadas por una ley de amnistía que las hunde en el olvido, como si las heridas de unos fueran más importantes que las de otros?

¿Cómo podremos curar el dolor de esos niños hambrientos que claman con ollas por un poco de comida en Gaza? ¿Y el de la madre que vio morir a su hijo en un bombardeo en Ucrania? ¿O el del migrante que fue agarrado a patadas frente a un juzgado en alguna ciudad de Estados Unidos? ¿O el del preso injustamente detenido en una cárcel del horror en El Salvador?

¿Y qué hacemos con las víctimas más pobres de nuestro país, las que sufrieron lo inenarrable entre 1980 y el 2000, que hace poco han sido literalmente basureadas por una ley de amnistía que las hunde en el olvido, como si las heridas de unos fueran más importantes que las de otros? A veces, el mundo parece un pozo de desesperanza, un lugar donde los débiles no tienen lugar.

En Argentina el, para algunos, popular presidente Javier Milei ha negado hace poco un aumento para los jubilados y para las personas con discapacidad, en nombre de una libertad que supuestamente avanza, aunque golpee a los más desamparados. En Nicaragua, el presidente Daniel Ortega no tiene problema alguno en reprimir cruelmente a sus opositores, curas incluidos.

Lo más desolador es que no queda claro a quién recurrir cuando la injusticia y la violencia cae como una tromba sobre los más desprotegidos. Naciones Unidas hace continuos llamados a neutralizar la escandalosa hambruna en Gaza, pero sólo el Consejo de Seguridad de este organismo podría sancionar a Israel, cosa que no ocurrirá por el blindaje norteamericano.

La Unión Europea se ha pasado meses, angustiantes, para reconocer oficialmente que allí se están violando los derechos humanos, como si las pruebas no las hubiera visto cada día. Sobre los escombros, algunos países anuncian que reconocerán al Estado palestino, un gesto simbólico importante, solo que, en el terreno, no impedirá que los civiles sigan siendo tiroteados.

Aun así, hay razones para vivir, como canta Mercedes Sosa, “para aligerar este duro peso/de nuestros días/y esta soledad que llevamos todos”. Nos la dan el judío que protesta por los palestinos, el político que marca la diferencia, el abogado que defiende a los pobres, el médico que cura a heridos de todos lados. Los hombres y mujeres capaces de decir: “!Basta!”

Ramiro Escobar

Meditamundo

Lic. en Comunicación y Mag. en Estudios Culturales. Cobertura periodística: golpe contra Hugo Chávez (2002), acuerdo de paz con las FARC (2015), funeral de Fidel Castro (2016), investidura de D. Trump (2017), entrevista al expresidente José Mujica. Prof. de Relaciones Internac. en la U. Antonio Ruiz de Montoya y Fundación Academia Diplomática. Profesor de Relaciones Internacionales en la Pontificia Universidad Católica del Perú y Fundación Academia Diplomática.