Alianza entre el partido de Antauro Humala (A.N.T.A.U.R.O.) y Juntos por el País de Roberto Sánchez se desmoronó por una observación del Jurado Nacional de Elecciones, el 20 de junio. Se mantiene el acercamiento de Juntos por el Perú con el ex presidente Pedro Castillo, quien postularía al senado con esa agrupación.
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En semanas previas, Roberto Sánchez se había mostrado favorable a conformar un “bloque patriótico” con Antauro Humala “Si bien existen consensos en varios puntos, también hay disensos que se irán superando conforme se elabore un programa de gobierno unificado con todo el bloque patriótico”.
Se podría preguntar a Roberto Sánchez por el contenido de un programa del “bloque patriótico” que, en estos días, incluía a Antauro Humala y Pedro Castillo. ¿Ese programa debía incluir el leit motiv de un partido político que el IDL califica de “fascismo andino”?
Antauro Humala ha proclamado a los cuatro vientos, “combatimos” a los “movimientos LGBT”. Humala hizo del desprecio un punto de su agenda política, “desde que estoy tratando con JPP, todos los maricones han salido. No hay ningún homosexual”. A propósito, las masivas Marchas del orgullo celebradas ayer (sábado 28 de junio) en Lima y en otras muchas ciudades del Perú ¿serían prohibidas bajo un gobierno patriótico de “machos”?
¿El “bloque patriótico” buscaría (terminar de) erradicar la perspectiva de género en las escuelas? Humala tiene en común con la extrema derecha y, la verdad, con sectores importantes de la sociedad peruana, una aversión endémica hacia la idea misma de educación sexual en las escuelas. Humala arrastra una obtusa comprensión de la sexualidad que se limita a una “cuestión de sábanas”. ¿Qué sentido tendría hablar de sexualidad para quien la sexualidad no sale del encuadre de un urraco en el programa de Magaly Medina?
¿Cuan “patriótico” sería un frente que permanece indiferente ante las dramáticas cifras de embarazo de niñas de 10 a 14 años en el Perú: 4 cada día (en 2023, según Naciones Unidas)? Por no hablar de lo manifiesto en estos datos: la violación sexual de cientos de niñas, forzadas luego a afrontar una maternidad no deseada o a un aborto clandestino, con riesgo de sus vidas. La patria, por si acaso, no es un saludo a la bandera; la nación son los y las ciudadanas de carne y hueso.
Hay que decir que esta alianza trunca con A.N.T.A.U.R.O, que tuvo sus defensores al interior de Juntos por el Perú como el congresista Víctor Cutipa, tuvo no menos detractores. No le fue fácil a Roberto Sánchez imponer entre su gente la idea del carácter de “izquierda” de un frente político que incluye a una figura tan abiertamente homófoba, que niega derechos (elementales) a las mujeres y niñas y a favor del restablecimiento de la pena de muerte.
En el campo castillista hubo también reacciones encontradas. En el pasado, Antauro Humala no se ahorró descalificaciones contra Pedro Castillo, lo acusó de ser un “ladrón de gallinas”, entre otros. Con todo, Antauro Humala, dueño de una retórica altisonante y radical y con exabruptos procaces, sintoniza en el plano de las ideas, en ciertas ideas, con el conservadurismo social de Pedro Castillo: en reiteradas ocasiones, Castillo manifestó su rechazo al aborto y al matrimonio igualitario. “Para nada legalizaría el aborto ¿El matrimonio igualitario para personas del mismo sexo? Peor todavía. Primero la familia”.
Pedro Castillo tiene una idea estrecha y desinformada sobre la educación sexual, cercana por cierto a la que defiende Antauro Humala: “¿Hay niñas con pene y vagina, hay niños con pene y vagina? Tenemos que echar a la basura esa idiosincrasia”. Por si queda alguna duda, Castillo manifestó “el enfoque de género no es nuestra prioridad”, y en verdad no lo fue durante su presidencia. Su breve ministra de la mujer, Katy Ugarte, llevó al Perú de retorno al siglo XIX, “Dios creó hombre y mujer, no hay que distorsionarlo”.
Puede haberse frustrado la alianza de Antauro Humala y Juntos por el Perú, pero quedó expuesto el carácter endeble de un “bloque patriótico” en Roberto Sánchez y otros dirigentes de esa agrupación. Propio de señores bien conservadores. Un patriotismo tan ancho como ajeno, refractario a ideas elementales, contemporáneas de transformación nacional. Un patriotismo sin aliento, del siglo pasado. Incapaz de imaginar un país más allá de las botas y los desfiles escolares.
Socióloga y narradora. Exdirectora académica del programa “Pueblos Indígenas y Globalización” del SIT. Observadora de derechos humanos por la OEA-ONU en Haití. Observadora electoral por la OEA en Haití, veedora del Plebiscito por la Paz en Colombia. III Premio de Novela Breve de la Cámara Peruana del Libro por “El hombre que hablaba del cielo”.