Nació en Lima el 29 de Agosto de 1963. Obtuvo su título de Abogada en laPUCP. Es Master en Jurisprudencia...

Amigo, date cuenta, por Rosa María Palacios

Sin distinguir ideología, los partidos que están hoy en el congreso llevaron y mantienen representantes con serios problemas con la justicia.

Nada como el mundo jurídico para enredar a los incautos y desprevenidos. Los abogados han conseguido que el mundo los deteste, o les tema, porque hacen malabares para justificar lo injustificable colgándose de leyes, jurisprudencia, doctrina o costumbre, haciendo pirotecnia verbal para convertir al pillo en angelito y al hombre decente en delincuente.

No es nada difícil el arte de marear a la audiencia, pero contrario a lo que esperan los que usan el derecho para hacerlo instrumento del poder (del que desean o del que abusan) no hay nada más racional que la ciencia jurídica. El derecho es simple, y sus reglas absolutamente lógicas porque emanan de la experiencia humana milenaria. Los seres humanos, desde que caminan por este mundo, se han dado reglas para resolver sus conflictos, proteger sus derechos y vivir en una anhelada paz social, no siempre conseguida.

La arremetida del presidente de la JNJ contra la Fiscal de la Nación no necesita una profunda explicación de normas. Aquí no hay una controversia legal que obliga a dilucidar donde está la razón. Lo que tenemos delante es un asalto. Tan sencillo como eso. Sin embargo, dado que los doctores Truquini aparecen de cuando en cuando a justificar lo injustificable vamos a tratar de contar el cuento en simple y breve, para conocimiento de todos.

Patricia Benavides enfrenta varias imputaciones penales. La lista es larga y los hechos claros. Como la Constitución le da el beneficio por el cual solo el Congreso puede decidir si se le juzga o no, hasta ahora el legislativo esta mudo. No hay sorpresa en esto, pero ya ve usted por donde vienen los tiros. También ha tenido procesos disciplinarios administrativos durante la existencia de la anterior JNJ. Dos pudieron concluir (no fueron las únicas imputaciones) con su destitución. Se acreditó, sin lugar a duda, que removió a la fiscal Revilla del caso de su hermana (acusada de coimera por narcos) para que esta no la acusara. El reemplazante archivó el caso y Benavides tuvo que inventarse un informe para sacar a Revilla: la acuso de floja. Todo, por supuesto, era una grotesca mentira. ¿Esta vergüenza es suficiente para destituirla? Salvo que padezcas de un severo caso de ceguera moral, es obvio que sí.

La anterior JNJ, como todos hemos visto, fue ferozmente perseguida por el Congreso. Una de las razones era Patricia Benavides. Como todos pueden verificar, en los chats del “agente Roberto”, se ofrece el archivamiento de un caso que involucraba a decenas de congresistas a cambio de que estos inhabiliten a Zoraida Ávalos. El canje delictivo se cumplió. Por este delito, todavía nadie ha pagado, pero puede dar cuenta de donde está el interés mayoritario del Congreso, que actualmente tiene 67 congresistas en investigación penal.

La nueva JNJ fue nombrada por el presidente del TC, Defensor del Pueblo, Contralor (todos nombrados por este Congreso), dos rectores (beneficiarios de la contrarreforma universitaria). Con esos 5, hay mayoría. Los dos restantes son la Fiscal de la Nación y la presidenta del Poder Judicial.  ¿Cómo iba a nacer esta junta? Con los mismos problemas de politización que la antigua CNM, pero ahora adaptada a un congreso que controla los organismos electores. Sin embargo, a esta falencia, se añade otra: el desastroso nivel jurídico de sus miembros.

La restitución como “fiscal de la nación” de Patricia Benavides se plasma en una de las resoluciones más chambones que se haya visto. Tienes que estar en una liga de otro mundo como abogado para, en un solo acto, violar tres artículos de Constitución, la Ley General de Procedimientos Administrativos y tu propio reglamento disciplinario en apenas 20 carillas. Vaya que lo han logrado y sin la menor vergüenza.

Aclaremos algo. Benavides ya había pedido, el 2024, la nulidad del acto administrativo (un recurso extraordinario) y había perdido. Por eso se fue vía amparo al Poder Judicial. La Constitución prohíbe revivir procesos fenecidos, pero poco les importó. Le inventaron un nuevo procedimiento de oficio, sin ninguna prueba nueva y con un fundamento tan disparatado como la supuesta rapidez de la investigación, la restituyeron como algo que les está prohibido. Solo la Junta de Fiscales Supremos nombra a la Fiscal de la Nación. Es decir, revivieron un proceso que era cosa decidida, se avocaron a causa pendiente en el Poder Judicial e invadieron competencia ajena. Encima de ello no tienen los 7 votos (unanimidad de todos los miembros) que exige la ley y la resolución solo la firma el presidente de la JNJ (violando su reglamento). Ni siquiera han podido notificarla correctamente y en eso se ha amparado la respuesta de Delia Espinoza.

Esa conducta no es casualidad. ¿Tan torpes son? En serio, ningún abogado puede hacer algo así, sin saber lo que esta haciendo. El derecho es racional y sencillo. Violar sus fundamentos básicos, como en este caso, no es una “controversia”. La resolución tiene que ser prueba plena para que, con otro Congreso, se destituya por falta grave a toda la JNJ y se les denuncie penalmente por prevaricato.

Por ello, aquí no hay dos bandos. Este no es un conflicto entre Benavides y Espinoza. A eso lo quiere reducir la narrativa que maneja el pacto en el poder. Esto es la captura del Ministerio Público, un botín apetecible si se tiene en cuenta que solo los fiscales supremos pueden investigar y acusar a la presidenta, ministros, congresistas, contralor, defensor, miembros del TC y de la JNJ, además de magistrados supremos. Desde la gestión de Zoraida Avalos el número de denuncias a altos funcionarios aforados se ha incrementado notablemente y por ello, capturar la Junta de Fiscales Supremos es clave para la corrupción en el poder.

¿Necesita reforma el Ministerio Público? Sin duda hay pésimos fiscales, con habilidades muy limitadas, que han abusado de su poder y han actuado hasta con manifiesta crueldad. Sin embargo, esos hechos que denunciamos todo el tiempo no justifican que este Congreso pretende hacernos creer que tiene la limpieza moral requerida para tal tarea. Sin distinguir ideología, los partidos que están hoy en el congreso llevaron y mantienen representantes con serios problemas con la justicia. No son ellos los que pueden reformar a sus propios investigadores y acusadores.

¿Cómo leer estas señales? Son tiempos duros para la democracia y vamos a tocar fondo. Pero amigo, date cuenta, ¿no? #PorEstosNo

Rosa María Palacios

Contracandela

Nació en Lima el 29 de Agosto de 1963. Obtuvo su título de Abogada en laPUCP. Es Master en Jurisprudencia Comparada por laUniversidad de Texasen Austin. También ha seguido cursos en la Facultad de Humanidades, Lengua y Literatura de laPUCP. Einsenhower Fellowship y Premio Jerusalem en el 2001. Trabajó como abogada de 1990 a 1999 realizando su especialización en políticas públicas y reforma del Estado siendo consultora delBIDy delGrupo Apoyoentre otros encargos. Desde 1999 se dedica al periodismo. Ha trabajado enradio, canales de cable, ytelevisiónde señal abierta en diversos programas de corte político. Ha sido columnista semanal en varios diarios.