Un pacto para vivir en paz, por Pedro Castro Balmaceda

Esos peruanos honestos e intachables, que aman a su país y no creen que llegar al congreso es “sacarse la lotería” están dispuestos a ingresar a la política siempre y cuando los actuales sean expectorados

En tiempos donde escasea la honestidad y abundan las farsas, donde la palabra “casta” se utiliza para denigrar a la clase política que ha manejado durante décadas el país y ha impuesto políticas sobreponiendo intereses de terceros sobre los de su pueblo. Hoy, que los resultados adversos son evidentes y sabemos que esa “casta” no tiene ideología, ni bandera, solo el afán de lucrar y mantenerse en el poder mediante insólitas alianzas. Hoy, donde los lobistas se vuelven congresistas a tiempo completo creando leyes a favor de empresas o actividades informales para las que antes hacían consultorías. Y donde ministros juegan en pared con funcionarios y sus puertas giratorias con total impunidad y desvergüenza. Solo nos queda un camino: nuevas reglas de juego, nuevos jugadores y un pacto para vivir en paz.

Estos nuevos candidatos no necesitan militar en pomposos partidos, porque -al fin y al cabo- sabemos que los que ayer se vendían como liberales enemigos de Marx, son capaces de sentarse en la Mesa Directiva del Congreso detrás del número 02 de Perú Libre, con tal de salir en la foto. Pareciera que las convicciones van más ligadas a complejos de inferioridad y esa apremiante necesidad de resaltar, de sentirse importante y ser poderoso, al menos por una vez en la vida.

Esos peruanos honestos e intachables, que aman a su país y no creen que llegar al congreso es “sacarse la lotería” están dispuestos a ingresar a la política siempre y cuando los actuales sean expectorados. Así tengamos que aprender de cero y sufrir un duro proceso de aprendizaje; porque será mil veces mejor caernos por inexpertos y volver a levantarnos que seguir manteniendo a este zoológico de aves carroñeras que nos revientan el país con cada ley concertada en favor del Crimen Organizado y sus secuaces.

Porque lo ideal sería tener como autoridades a lo mejor de nuestra sociedad y no al lumpen más ranqueado.

Pedro Castro Balmaceda

Piurano, Comunicador Social y Administrador. Fui periodista más de un lustro y desde hace una década trabajo en Relaciones Comunitarias, pero siento que entre ambas profesiones existe una similitud: la sensibilidad social. Me gusta leer y escribir, tengo cuentos sin publicar y una novela a mitad de camino por falta de inspiración y valentía.