Una ofensiva de atentados criminales en cadena y la consiguiente reacción empresarial que llevó a un paro han puesto al Gobierno contra las cuerdas. Tanto así que el ministro del Interior dice que si su estrategia frente al problema no funciona en un plazo dado, dará un paso al costado. ¿Qué ha sucedido? Pareciera que estamos ante una criminalidad diferente de la que conocíamos.
Da toda la impresión de que estamos ante grandes bandas internacionales, muy bien organizadas, y con una voluntad de arrinconar al enemigo. Lanzarse sobre grandes empresas de transporte urbano indica un sentido de volumen económico. En esto no han retrocedido, y más bien han defendido el factor sorpresa que los beneficia.
¿Estamos ante una o más bandas internacionales del tipo del ‘Tren de Aragua’ venezolano? No lo descartemos, aunque el gremio criminal nunca se había movido con tan alto perfil. ¿Era su intención elevar el perfil? ¿O es una impresión causada por la reacción de los transportistas? Si era intencional, ¿por qué la extorsión eligió este momento?
En términos generales, la criminalidad no juega al momento político. Quizás lo aprovecha cuando puede, pero rara vez busca definirlo. Pero tal vez estamos viendo una excepción, con un gobierno débil (ya lo dijo José Arista al asumir el cargo) al que es posible arrinconar. ¿Pero para qué hacer eso si las fuerzas del orden ya eran ineficaces de partida?
La mejor explicación tal vez sea la ineficacia. Extorsionar se ha vuelto fácil, incluso muy fácil, y se ha producido un efecto bola de nieve. Se ha venido extorsionando cada vez más, hasta que el negocio ha excedido sus propios límites de seguridad, como viene sucediendo con la minería ilegal con armas en La Libertad.
La declaración del titular de Interior sobre una posible renuncia coincide con la percepción de que se está enfrentando a este nuevo problema con respuestas que han fracasado en anteriores oportunidades. Estados de emergencia, toques de queda, soldados en las calles y policías de civil han ayudado poco en el pasado.
Todo tiene que comenzar por reconocer la naturaleza del problema criminal hoy, algo que aún no estamos logrando. Acusar directamente a bandas y venezolanos revela un análisis que puede estar encaminado, pero que a la vez es muy limitado. Extorsionar y asesinar no tienen nacionalidad cuando son un buen negocio.
Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).