¿Por qué los peruanos nos hemos vuelto tan remisos en el tema electoral, desde hace varias elecciones? Son varias las hipótesis. Una que me gusta es que quien es consultado con demasiado adelanto, cuando aún no se ha decidido, tiende a rechazar el paquete político de plano. El público no tiene la curiosidad de los encuestadores y periodistas.
Como sucede en la perspectiva geométrica, los candidatos a la distancia se ven diminutos, léase carentes de interés, y superfluos. En consecuencia el encuestado se desinteresa. Los encuestadores saben bien que en el Perú los candidatos regresan a su tamaño natural recién en la última semana de la campaña. Esa suele ser la hora de los loros.
Otra hipótesis a considerar es que las pasadas elecciones han ofrecido resultados atroces en todos los planos. De modo que el encuestador nos está invitando a un juego perverso, donde debemos expresar simpatías allí donde deberíamos salir corriendo. Nadie pregunta sobre cuán satisfechos están los electores con su voto de la vez pasada.
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Debemos sacar en limpio que a los peruanos no nos gustan los políticos de estos tiempos, no solo por la perspectiva o la mala experiencia. También porque la conducta de la inmensa mayoría de ellos es lamentable, y eso es lo que dicen las cifras. El candidato de hoy termina no siendo sino el mochasueldo de mañana, o al menos así se le ve.
De modo que es recién más adelante que se empezará realmente a preferir a unos candidatos respecto de otros. En tiempo real eso puede querer decir mediados del 2025. Mientras tanto todo apoyo, es decir todo interés, es ridículo, y de otra parte la desaprobación no quiere decir nada, o solo que el consultado está pensando en otra cosa.
¿Cómo romper estos círculos viciosos? Una manera es actuar desde un partido prestigioso, ¿pero dónde encontrarlo? Otra puede ser guardarse hasta muy avanzada la hora, ¿pero cómo lograr así un buen reconocimiento de marca? Da la impresión de que la frase “que gane el mejor” no se aplica a nuestro sistema electoral.
Quizás encuestas menos directas, es decir elípticas, podrían ayudar, ubicando las verdaderas cifras a través de un redondeo. O más oportunas en su ejecución. Si todas las empresas afirman que dieron en el blanco dos días antes de los comicios, esas deben ser las mejores.
Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).