La semana pasada presenciamos otra estocada a lo que queda de la alicaída reforma del transporte, iniciada hace 12 años con la puesta en marcha de los corredores de buses formales. Los Corredores Rojo y Morado anunciaron el cese de sus operaciones en medio de una batalla por deudas impagas del Estado a los concesionarios encargados de la operación de los buses.
La Autoridad de Transporte Urbano (ATU) , en una muestra más de su ineficiencia y cinismo, se limitó a comunicar a los usuarios que a partir del 4 de marzo tendrían que volver a movilizarse en las destartaladas combis y cústeres. De forma casual, la entidad que según su reglamento de organización y funciones está encargada de “organizar, implementar y gestionar el Sistema Integrado de Transporte de Lima y Callao” abandonaba completamente sus obligaciones, rindiéndose ante el embate de las mafias del transporte.
Las empresas de transporte informal convocadas por la ATU desataron un nuevo escándalo, ya que muchas operan con unidades con papeletas múltiples (por ejemplo, una combi contaba con 43 papeletas), SOAT vencido y decenas de miles de soles en deudas por multas sin pagar. Luego de una tensa pausa, los corredores reanudaron sus actividades, pero su futuro seguirá siendo incierto mientras no tengamos un sistema de transporte integrado y formal gestionado por una autoridad pública con verdadero poder y respaldo político.
Está claro que a ninguno de nuestros impresentables congresistas le interesa la grave situación en la que nos encontramos. Si bien acaban de aprobar el regreso a la bicameralidad para poder reelegirse como miembros del senado, les interesa un comino que Lima sea la ciudad más contaminada de América Latina y que nuestras calles estén regadas de muertos por accidentes viales, consecuencia directa de los depredadores que lideran el transporte informal. Mientras tanto, seguiremos viviendo en un espiral de caos que cada día parece volverse peor.
Profesional enfocado en la gestión de proyectos urbanos y del entorno construido. Cuenta con estudios de arquitectura en Syracuse University, EEUU y una maestría en sociología urbana en Goldsmiths, University of London. Aspira a que las ciudades peruanas sean mejores lugares para vivir para todos sus habitantes.